ARGENTINA RECIBIÓ LA PRESIDENCIA DEL BLOQUE

Fernández, a Lacalle Pou: «La solución no es que cada uno haga la propia»

El presidente Alberto Fernández afirmó que el Mercosur “debe gestionar un marco de flexibilidad” para las decisiones unilaterales de los países miembros, mientras que su par de Uruguay, Luis Lacalle Pou, dijo que sus intentos de avances con otros socios comerciales no buscan la ruptura, al concluir la cumbre del bloque regional en Montevideo.

La reunión fue antecedida por un aumento en la tensión y protestas formales por parte de Argentina, Brasil y Paraguay por el anuncio realizado por el Gobierno de Uruguay que, la semana pasada, dio el primer paso para el ingreso al Acuerdo Transpacífico.

Esa decisión, sumada a una anterior búsqueda de un Tratado de Libre Comercio con China, fueron el eje de los debates que ayer tuvieron los cancilleres y que hoy concluyeron los mandatarios, con el traspaso de la presidencia pro tempore del bloque de Uruguay a la Argentina.

“Abrirse al mundo” y “ruptura” parecieron ser términos que sintetizaron los intercambios entre las delegaciones, pero que en realidad dieron pie a debates más profundos (y aún no zanjados) como las asimetrías internas del bloque, la manera de enfrentar las adversidades globales y la capacidad y la velocidad de avance en la relación comercial con terceros.

En ese sentido, Lacalle Pou y Alberto Fernández ocuparon el centro del debate, el primero con un discurso en el que pidió “desterrar del imaginario” la idea de una ruptura del Mercosur por parte de Uruguay y el segundo, abandonando su discurso escrito, para señalar la necesidad de fortalecer la convivencia interna para mejorar la proyección hacia el mundo.

Ambos dirigentes expusieron sus visiones contrapuestas: el uruguayo llamó a “abrirse al mundo” afirmando que no se puede tardar “25 años” en firmar un acuerdo; el argentino, por su parte, señaló el cambio producido por la pandemia y la guerra, con un repliegue de la globalización y un empoderamiento de los bloques regionales.

En el fondo, las divergencias de ambos se vienen manifestando desde hace tiempo y tiene como antecedente destacado una cumbre de 2021 en la que el uruguayo llamó “lastre” a sus socios comerciales.

En ese sentido, Lacalle Pou y Alberto Fernández ocuparon el centro del debate, el primero con un discurso en el que pidió “desterrar del imaginario” la idea de una ruptura del Mercosur por parte de Uruguay y el segundo, abandonando su discurso escrito, para señalar la necesidad de fortalecer la convivencia interna para mejorar la proyección hacia el mundo.

Ambos dirigentes expusieron sus visiones contrapuestas: el uruguayo llamó a “abrirse al mundo” afirmando que no se puede tardar “25 años” en firmar un acuerdo; el argentino, por su parte, señaló el cambio producido por la pandemia y la guerra, con un repliegue de la globalización y un empoderamiento de los bloques regionales.

En el fondo, las divergencias de ambos se vienen manifestando desde hace tiempo y tiene como antecedente destacado una cumbre de 2021 en la que el uruguayo llamó “lastre” a sus socios comerciales.

“Una de las condiciones es cumplir las reglas, y las reglas del Mercosur dicen que esos acuerdos (de libre comercio) deben tener otro mecanismo de tratamiento», apuntó el argentino.

Acompañado por el canciller Cafiero y por el ministro de Economía, Sergio Massa, el Presidente aclaró que a la Argentina le interesa más negociar y comprarle a sus socios del bloque que a países «extrazona», y anunció que Argentina y Brasil trabajan en la conformación de un Banco Central Común, un proyecto que Lacalle Pou criticó minutos antes, al decir que «no se puede correr si no se puede caminar». «Es avanzar más de lo que debemos», sostuvo.

Fernández recalcó que «el gran secreto» es unir esfuerzos y dijo que, según entiende, «el gran problema» que inquieta a los socios más pequeños del Mercosur es el de las «asimetrías» internas del bloque.

«El camino no es el que proponés, sino revisar de una vez y para siempre cómo corregimos las asimetrías que tenemos y las que inquietan», le volvió a replicar a Lacalle Pou y destacó, por otro lado, «ante tanta división, al Mercosur» se lo ha «preservado y eso tiene un valor incalculable».

Por su parte, el vicepresidente brasileño, Hamilton Mourao, quien asistió en nombre de Jair Bolsonaro, llamó a la unidad y dijo que su país está dispuesto a debatir «diferentes modalidades de negociación, observando los tratados fundamentales y las reglas del consenso», ya que «los problemas derivarían de decisiones individuales».

Esta cumbre, la segunda consecutiva a la que Bolsonaro no asistió en persona, es también la última de su Gobierno antes de la asunción el 1 de enero del presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva, quien prometió revitalizar el bloque y mantener un comercio «inteligente» con otros actores.

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