ACTUALMENTE, HAY 20.000 ENTRE ESTADOS UNIDOS, CANADÁ, NORUEGA, GROENLANDIA Y RUSIA

Para 2050 habrá desaparecido el 30% de los osos polares

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) alertó que para el año 2050 se habrá reducido al 30% la población mundial de osos polares, amenazados por el deshielo del casquete polar ártico como consecuencia del cambio climático.

Según estimaciones de la UICN, que actualiza regularmente sus informes sobre flora y fauna amenazadas en el mundo, hay 20.000 osos polares en el mundo que habitan en Estados Unidos, Canadá, Noruega, Groenlandia y Rusia.

Vulnerables

Los osos polares miden entre 2 y 3 metros de longitud y pueden llegar a pesar hasta 700 kilos dependiendo de su edad; es una especie que puede desaparecer en el próximo siglo si continúa la tendencia actual de pérdida de su hábitat a causa del cambio climático.

Los osos blancos fueron incluidos por la UICN en la categoría de “vulnerables y con población decreciente” en su Lista Roja de especies amenazadas.

Según la Unión Internacional, estudios recientes demuestran que el deshielo del casquete polar ártico, y por ende también de islas e islotes, se produce más rápidamente que las previsiones realizadas a partir de la mayoría de los modelos climáticos, y representa la principal amenaza para su conservación.

Además, los osos polares dependen de las zonas heladas para acceder a sus presas. Un período de cinco meses o más sin hielo provocaría un ayuno más prolongado para la especie, lo que es susceptible de causar una infertilidad creciente o hambrunas en ciertas regiones.

Deshielo inminente

Según previsiones recientes, vastas extensiones del archipiélago ártico canadiense no contarán con hielo durante más de cinco meses al año hacia fines del siglo actual.

El aumento de las temperaturas en la región también puede afectar los hábitats y aumentar la incidencia de enfermedades en especies que son presas habituales de los osos polares, como las focas, lo que agrava los riesgos para éstos.

Razones

Entre las principales causas y amenazas que explican que los osos polares estén en peligro de extinción nos encontramos con la contaminación, las intrusiones humanas en el hábitat del animal, las modificaciones de su ecosistema y el cambio climático.

Estudios recientes demuestran que el cambio climático “seguirá poniendo gravemente en peligro la supervivencia del oso polar en el futuro”, dijo Inger Andersen, directora General de la UICN. En efecto, el destino del oso polar es el mismo que el nuestro, puesto que el avance del cambio climático amenaza con llevarnos a la extinción.

Por otra parte, una cantidad de contaminantes producidos por la actividad humana llegan a la región polar ártica por medio del agua y del aire. Entre ellos figuran el mercurio, contaminantes organohalógenos y organoclorinas que se utilizan industrialmente en los fluidos aislantes, en sistemas electrónicos y en pesticidas.

Estas sustancias son, por lo general, solubles en grasas, y por esta razón se acumulan en los lípidos de muchos animales que son alimento de los osos polares, por ejemplo las focas que son su principal alimento y que necesitan comer alrededor de 50 al año.

Así, estos grandes mamíferos están expuestos a una mayor concentración de toxinas que provocan una gran cantidad de abortos y que nazcan cachorros con muy poco peso y con un sistema inmunológico muy débil.

Es decir, que los osos polares no solo están desapareciendo porque mueren, sino porque cada vez les resulta más difícil reproducirse.

A consecuencia del deshielo de los polos, otra amenaza para la especie es la explotación de recursos -también en aumento-, entre ellas la perforación petrolífera. Derrames, el deterioro del ecosistema y una mayor interacción entre osos y seres humanos son algunas de las consecuencias que genera.

Pero, la gran amenaza para los osos polares es el calentamiento global. El deshielo y la pérdida de su hábitat provoca que en muchas zonas se estén quedando sin alimentos y, como consecuencia mueran, o tengan que emigrar hacia zonas para las cuales no están preparados.

El deshielo del Ártico también supondría para el ser humano un punto de no retorno que conllevaría un desastre ambiental planetario sin precedentes.

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