El ex combatiente de Malvinas, vecino de Puerto Madryn e integrante de «Concertación TOAS» (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur), Héctor Agustinho, se refirió a una serie de historias y anécdotas de la guerra y posguerra, en el marco de los 40 años de la finalización del conflicto armado, que se conmemoran este 14 de junio.

En diálogo con AzM Radio, relató la historia del último día de la guerra y el cabo Aldo Rubén Canter, «un soldado conscripto del servicio militar obligatorio y prestaba servicio en la costa patagónica» y que murió de hipotermia durante mientras realizaba la guardia nocturna. «En esa época las guardias se hacían de 4 horas en el día y 2 a la noche» y agregó que «esa noche, él relevó a un soldado en Punta Cuevas, donde está el Monumento al Indio Tehuelche; el nido de ametralladoras de ese puesto, por lo que dicen sus compañeros del Batallón Comando 101, era un punto de referencia porque desplegaban tropas al norte y al sur».

«Hubo muchos intentos de incursión del enemigo, algunos fueron abortados y otros rechazados, hubo tiroteos y muertos en el Continente. Los primeros diez muertos de la guerra luego de la Operación Rosario fueron registrados en Caleta Olivia. Patagonia tuvo infinidad de alertas rojas, que es la posibilidad real de combate. Ese 29 de abril a la noche se avistaron dos gomones intentando llegar a la costa y se dio aviso al Liceo de Comodoro Rivadavia, que era el epicentro de defensa de toda la costa patagónica, y de ahí salieron al rato dos helicópteros con efectivos; uno fue siniestrado y hallado al otro día con los cuerpos destrozados y desparramados, lo puede decir Fernando Cagnoli que es camionero de Madryn y era el chofer del director del liceo General Roca; fue el primero que llegó al lugar y vio al helicóptero», continuó Agustinho, agregando que «entre esos 10 soldados también falleció el coronel Clodoveo Arévalo, que fue el militar de más alto rango fallecido en la guerra, y todos ellos son héroes nacionales, están incluidos dentro de los 649 que tanto honramos».

«Los del otro helicóptero», añadió el ex combatiente, «no están entendidos como partícipes del conflicto por parte del Gobierno Nacional, lo cual es absurdo porque salieron a repelir el intento del enemigo». Como dicha situación «hubo un montón», reconoció.

«La paliza al enemigo se dio desde el continente, ya que desde allí salían los ataques después de que se hundiera el (ARA) General Belgrano. Las seis pistas de Trelew, Comodoro, San Julián, Puerto Deseado, Río Grande y Río Gallegos, se convirtieron en portaaviones, y todos saben la fama muy bien ganada de los pilotos argentinos. Y en la defensa hubo 9.500 efectivos que fuimos soldados los cuales defendimos punto a punto, y entre ellos está el cabo Cantero, los otros 10 que cayeron en Caleta Olivia y otros pilotos que se accidentaron al salir del continente, son varios casos».

Varios grupos de soldados se encontraban apostados en el «nido de ametralladoras» en el sitio donde hoy se ubica el Monumento al Indio Tehuelche: «Cada 50 o 70 metros había un soldado en toda la costa. El año pasado y este hicimos la primera ruta del TOAS, que es una primera recorrida de los que defendimos el continente, y en ese trayecto me tocó estar en Puerto Deseado, en una zona de acantilados parecida a la de Punta Cuevas y donde es bastante más alto el terreno que el mar, y uno de mis camaradas que hoy tiene unos 60 años, me comentó que ‘de acá le tiré a los gomones’, lo cual para mí fue un importante testimonio. Sabemos que hay unos 20 intentos de incursión que fueron rechazados», rememoró Agustinho.

A la vigilia «vendrán varios compañeros del cabo Cantero», fallecido en Puerto Madryn en el último día de la guerra de Malvinas, precisamente en la zona de Punta Cuevas, de hipotermia mientras realizaba la guardia nocturna que le había sido asignada.