Con un pie afuera

Desde hace meses la estabilidad de Florencia Perata en el cargo de ministra de Educación, pende de un hilo. Incluso llegó a circular el nombre de un reemplazante, producto de información extraoficial que surgió del interior del gobierno, aunque después fue desmentida.
Todo parece indicar que Perata no ha hecho más que sumar malas calificaciones, no solo por la discapacidad demostrada para alcanzar vías de diálogo con los gremios, sino por los permanentes reclamos de intendentes sobre la gestión de la titular de Educación.
Las obras, reparaciones y mantenimientos en las escuelas, son competencia del Ministerio de Educación, independientemente de que las tareas después se deleguen a otro ministerio o incluso a los municipios, producto de acuerdos.
Permanentemente se denuncian problemas edilicios y de servicios en escuelas de toda la provincia, y según afirman directivos de varios establecimientos -que hablan en voz baja para evitar represalias-, «la mayoría de las respuestas llegan cuando las demandas se hacen públicas, por reclamos de padres, alumnos y/o docentes», revelan.
El caso de intoxicación con monóxido de carbono en El Maitén, encendió los reclamos de otras escuelas de la provincia donde vienen pidiendo respuestas ante problemas de infraestructura y servicios.
Otro factor que conspira contra Perata es su displicencia para con intendentes, diputados y funcionarios de los municipios que afirman que la Ministra, «muchas veces no responde los llamados, e incluso se niega a recibirte», confió una alta autoridad.
Así las cosas, Florencia Perata tiene muchas explicaciones para dar y no serían pocos los que nada harán por ayudarla a sostenerse en el cargo. Su continuidad depende exclusivamente del gobernador, quien también habría recibido ya muchos reclamos sobre el desempeño de la funcionaria.

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