El Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) anunció que comenzó la temporada de campo número 51 del Proyecto de Fotogrametría en Península Valdés, agregando que es el primer proyecto en curso en el que se evalúa la condición corporal de las ballenas a través de la fotogrametría. “Con esta técnica no invasiva de fotografías aéreas tomadas desde drones podemos saber qué tan gordas o flacas están las ballenas”, explicaron desde la institución; agregando “La información resultante nos está ayudando a responder algunos interrogantes sobre su estado corporal y realizar estudios comparativos con otras poblaciones y especies”.

Ballenas y sus crías

«Ya realizamos más de 120 vuelos y así dimos comienzo a la temporada de campo 2022 en Península Valdés. Este año comenzamos más temprano que las tres temporadas anteriores de 2018, 2019 y 2021 con la idea de registrar más ballenas preñadas”, señalaron desde el ICB, detallando que ya registraron al menos cinco pares de madres con crías nacidas el año pasado. “Un caso particular, es el de una madre con su cría que ya la habíamos registrado el año pasado y que incluso tenemos imágenes de la hembra cuando aún estaba preñada. Estos ballenatos pronto serán destetados y comenzarán su vida independiente”, expresó Nicolás Lewin, investigador del Instituto de Conservación de Ballenas.

Integrantes del proyecto

Participan del proyecto “Condición corporal de ballenas francas australes en Península Valdés y su relación con la mortalidad de crías” el doctor Fredrik Christiansen de la Universidad de Aarhus en Dinamarca, la doctora Marcela Uhart de la Universidad de California, Davis, el doctor Mariano Sironi del Instituto de Conservación de Ballenas (co-directores del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral), el doctor Michael Moore de Woods Hole Oceanographic Institution, y la doctora Ailén Chalcosbky del CESIMAR CCT Cenpat– CONICET como parte de su proyecto de post doctorado.
“La continuidad de este proyecto a largo plazo genera información muy relevante para el manejo y la conservación de esta población de ballenas, ya que nos permite detectar posibles amenazas que pueden afectar su estado de salud”, finalizaron desde el ICB.