DESCUBRIMIENTO CIENTÍFICO

Una enorme reserva de agua subterránea bajo la Antártida

Oculta en las profundidades de la capa de hielo que cubre la Antártida, los científicos han descubierto una enorme cantidad de agua.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Columbia (EE. UU.) ha descubierto, por primera vez, gracias a técnicas electromagnéticas, un enorme sistema de agua subterránea que circula activamente en sedimentos profundos en la Antártida Occidental.

“Los científicos habían planteado la hipótesis de que podría haber aguas subterráneas profundas en estos sedimentos, pero hasta ahora nadie ha obtenido imágenes detalladas”, comentó Chloe Gustafson, líder del estudio y estudiante del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia. “La cantidad de agua subterránea que encontramos fue tan significativa que probablemente influya en los procesos de la corriente de hielo. Ahora tenemos que averiguar más y descubrir cómo incorporar eso en los modelos”.

Según los expertos, el agua es clave para comprender el comportamiento de la forma congelada de los glaciares. Se sabe que el agua derretida lubrica la base de un glaciar y acelera el movimiento hacia el mar, Además, esta agua subterránea, puede existir en condiciones similares en otros planetas o lunas que liberan calor de sus interiores.

El sistema de agua subterránea se encuentra en sedimentos profundos en la Antártida occidental y es probable que tenga la consistencia de una esponja húmeda. El sistema revela una parte inexplorada de la región y puede tener implicaciones sobre cómo reacciona el continente helado a la crisis climática, según una nueva investigación.

Las investigaciones sobre el agua en la Antártida

La capa de hielo que cubre la Antártida no es un todo rígido. Investigadores en la Antártida han descubierto en los últimos años cientos de lagos y ríos líquidos interconectados acunados dentro del mismo hielo. Pero esta es la primera vez que se encuentra la presencia de grandes cantidades de agua líquida en sedimentos debajo del hielo.

Los autores de este estudio, que se publicó en la revista Science este jueves, se concentraron en la corriente de hielo Whillans, de 97 kilómetros de ancho, una de la media docena de corrientes que alimentan la plataforma de hielo de Ross, la barrera de hielo más grande del mundo, aproximadamente del tamaño del territorio canadiense de Yukon.

Gustafson y sus colegas pasaron seis semanas, en 2018, mapeando los sedimentos debajo del hielo. El equipo de investigación utilizó instrumentos geofísicos colocados directamente en la superficie para ejecutar una técnica llamada formación de imágenes magnetotelúricas.

La técnica puede detectar los diferentes grados de energía electromagnética conducida por hielo, sedimentos, lecho rocoso de agua dulce y agua salada y crear un mapa a partir de estas diferentes fuentes de información.

«Tomamos imágenes desde el lecho de hielo hasta unos cinco kilómetros e incluso más profundidad», dijo el coautor Kerry Key, profesor asociado de Ciencias Ambientales y de la Tierra en la Universidad de Columbia, en una declaración separada.

Los investigadores calcularon que si pudieran exprimir el agua subterránea de los sedimentos en los 100 kilómetros cuadrados que mapearon en la superficie, formaría un lago que oscilaría entre 220 y 820 metros de profundidad.

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