El dirigente político de Rosario, Luis Molinas, habló sobre la problemática situación que la ciudad atraviesa producto del narcotráfico y el crimen organizado, flagelo que ha dejado a su paso más de 100 víctimas desde que comenzó el año.

En diálogo con AzM Radio, Molinas recordó que «en un tiempo la droga estaba ‘reservada’ a sectores artísticos y de mucho poder adquisitivo, pero se produjeron dos hechos fundamentales simultáneamente: uno es que Rosario pasó a ser un centro de tráfico de la droga por la situación geográfica y por la particularidad de que, por los puertos de la ciudad sale el 70% de las exportaciones argentinas, siendo el primer o segundo polo portuario oleaginoso del mundo, ubicado sobre la ruta de la marihuana y de la cocaína» y agregó que «a través del Paraná se traslada la marihuana del Paraguay, y a través de la Ruta 34 o a bordo de avionetas la cocaína que viene de Bolivia o Perú».

Consecuentemente, Rosario «se convirtió en un lugar de paso de una inmensa cantidad de droga que viaja hacia Estados Unidos y Europa», apuntó el dirigente, sumando a ello que «en simultáneo a convertirnos en un lugar de paso también nos convertimos en un lugar de consumo: muchos de los peajes se pagan en efectivo y otros en droga, por lo tanto ‘hay que venderla’; por ende, además de convertirnos en un centro de distribución de drogas de los más grandes del mundo nos hemos transformado en un sitio de consumo».

«Yo vivo en un barrio de la ciudad y puedo contar miles de anécdotas de cómo era antes y actualmente, donde está dominada por la droga. No hay espacio, escuela o universidad que no esté inmersa en esto, con todas las connnotaciones que ello tiene», lamentó Molinas, advirtiendo que «al principio ocurría en determinados barrios pero ahora es en cualquier lugar: hay asesinatos con sicarios en pleno centro, hay tiroteos afuera de las oficinas donde se hacen los juicios a los narcotraficantes y eso queda en pleno centro».

Sobre la reunión convocada por la Corte Suprema para el abordaje de la problemática, realizada días atrás, para Molinas «fue una payasada, se demostraron ‘interesados’ y a unas diez cuadras sicarios asesinaban a alguien».
«La droga mueve una cantidad de plata que afecta a todo el mundo. En Rosario ha caído todo el trabajo, hay mucha informalidad y para pibes que no podrán tener nunca un trabajo aparece la posibilidad de vender droga, lo cual los lleva a un nivel de consumo (económico) que jamás podrían haber soñado, a costa de morir antes de los 20 años», expuso.

En cuanto a la permeabilización del narcotráfico en los sectores políticos y de la Justicia, Molinas contó: «Todo el mundo lo sabe, no es algo que yo cuente en secreto. Hace pocos días, el hermano de la Jefa de Policía de Rosario vendrió 13 armas que había secuestrado la Policía a un grupo de narcos. El Jefe de Policía de la provincia y de la ciudad ha cambiado 12 veces. Es tan grande la cantidad de dinero que se maneja que ‘corromper’ parecería ser un juego de niños. Hace poco, en el marco de la investigación a otra banda narco más grande que la de Los Monos, se hizo un allanamiento en una isla cercnaa que tenemos, la cual era propiedad de quien ahora es vicegobernadora de la provincia y que en aquél momento era jueza».

«Son todas medidas paliativas», argumentó Molinas, consultado sobre el abordaje de las políticas públicas hacia las adicciones y el consumo problemático de sustencias, denunciando que «llamativamente, ya ni siquiera hay campañas de prevención acá».
«El problema de fondo del país es que se enriquecen unos pocos, todo el mundo se deprime y aparece el espejismo de salvarse a través de la droga, tanto para los grandes como para los más chicos», manifestó el dirigente.