El ala dura del oficialismo, conducido por Cristina Fernández, quiere asegurarse un lugar en el Consejo de la Magistratura y ha elegido como estrategia, dividir el bloque del Frente de Todos en el Senado.
En los albores del kirchnerismo, allá en Santa Cruz, el por entonces denominado Frente para la Victoria, ya utilizaba la estrategia de dividir para obtener lo que querían. Fueron diezmando las huestes del justicialismo santacruceño y sumando sectores independientes con la promesa de un futuro mejor.
Hoy varios años después, el Frente de Todos se dividió en dos bloque en la Cámara Alta para disputar un lugar más en el Consejo de la Magistratura. Por un lado, el «Frente Nacional y Popular», liderado por José Mayans y por el otro, «Unidad Ciudadana», con la bonaerense Juliana Di Tullio al frente.
Así, las cosas, Cristina Fernández, no ha perdido las mañas, y así como en la provincia continental más austral del país, se han aferrado a la Ley de Lemas para asegurarse el poder, aún con un puñado de votos, ahora a nivel nacional, va por todo.