Revisando la coherencia

Este lunes la FIFA ha excluido a Rusia del Mundial 2022. Es innegable que la invasión de Rusia en Ucrania debe ser repudiada. Sine embargo, sorprende el nivel de incoherencia de los organizadores del Mundial de Fútbol, que no tuvo miramiento en cuanto a Derechos Humanos en ocasión de elegir Qatar para el evento deportivo. Un país, dónde hace unos días condenaron a una mujer a recibir latigazos tras denunciar una violación. No se trató de un hecho aislado. La letra chica de las leyes cataríes permitirán «argumentar» el castigo, pero eso no lo vuelve correcto.
A pesar de que Qatar cuenta con uno de los marcos legales más liberales en el mundo árabe, éste continúa violentando en muchos sentidos los derechos fundamentales de las mujeres.
Las zinas –como son conocidas todas las interacciones sexuales ilícitas– son sólo una de las manifestaciones más visibles de violencia sistemática contra las mujeres en los países musulmanes.
El tutelaje masculino sobre las mujeres es otro de los aspectos que condiciona el ejercicio de sus derechos fundamentales en el país.
Nada de eso impidió que este país sea el lugar elegido para el Mundial de Fútbol, después de todo la subordinación de la mujer hacia el hombre, está legitimado en Qatar por varias leyes vigentes.

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