Marcha pero no enciende

Con la presencia del ex vicepresidente Amado Boudou y el dirigente social Luis D’Elía, entre otros, el ultrakirchnerismo realizó un acto frente a los Tribunales en rechazo a la actual composición de la Corte Suprema de Justicia. Bajo el lema «Basta de impunidad» y «el fin del lawfare», se movilizaron algunos dirigentes políticos, sociales y sindicales.
El Gobierno nacional dio libertad de acción a sus funcionarios para adherir, participar o no de la marcha, aunque el «albertismo» no se mostró entusiasmado con la iniciativa. Si bien hubo varias voces que se expresaron en contra de la «movida», desde lo alto del Palacio de Tribunales se llamaron a silencio. Versiones daban cuenta de réplicas de la marcha en ciudades del interior del país, «no llegaron ni a 1 grado en la escala de Ritcher», ironizó un dirigente de la oposición.
Entre muchas voces que expresaron su descontento con la convocatoria, algunas fueron más creativas que otras. Alzarse contra un poder de la República y pedir su destitución es sedición, publicó Fernando Iglesias en su cuenta de Twitter y tildó de delincuentes a los manifestantes.
Un tanto más original fue la publicación de Jorge Asis. «Al «alpedismo» personal del conductor del Partido Justicialista de Buenos Aires se le suma el «alpedismo» colectivo de la Marcha hacia Tribunales. El kirchnerismo exhibe los aspectos más «alpedistas» de su patología», escribió en su cuenta de Twitter.
Está claro que la marcha contra la Corte Suprema tuvo un efecto lábil, aunque un tanto ruidoso.

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