Página de cuento 875

The Wild: La leyenda del Rock – Parte 49

Por Carlos Alberto Nacher
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Enero 2020: Música en el neuropsiquiátrico

Nuestra investigación, realizada entre los años 2017 y 2019 se concentró básicamente en el período que va desde alrededor de 1966 (los primitivos comienzos de la banda) hasta 1979 (el final abrupto). Sin embargo, quisimos también indagar en el antes y el después. Por un lado, viajamos varias veces al pueblo natal de Frank y su troupe, Arroyo Chorote, Provincia de Buenos Aires, Argentina, donde reporteamos a viejos pobladores que los conocieron, donde indagamos datos tanto en el registro civil como en la Escuela Primaria Número 25 Don Eladio Pallarés, donde los muchachos habían cursado su educación inicial. Todos estos datos están relevados en el capítulo 1: “Julio de 1947: Nace una estrella”.
Sin embargo, no resultó sencillo dar con el paradero de los músicos con posterioridad a la desaparición del grupo.
Pero gracias a nuestro afán de buscar indicios que nos diera una aproximación de la historia que se ajustara lo más fielmente posible a la realidad, hemos recibido mucha ayuda de personas que colaboraron con nosotros.
Una mañana de enero de 2020, cuando ya habíamos dado fin a las tares de relevo histórico y habíamos cerrado este documento, recibimos una llamada anónima en principio, pero que luego identificamos para expresarle nuestro eterno agradecimiento en este libro, del señor Armando Pérez Iriarte, quien, al enterarse de nuestro trabajo, nos contactó para informarnos que en la Clínica Psiquiátrica Alvear Alem, ubicada en Banfield, Provincia de Buenos Aires, estaba viviendo un viejo que continuamente repite que es Smog, de la legendaria THE WILD, junto con otras expresiones irracionales.
Inmediatamente nos pusimos en contacto con las autoridades de la clínica, quienes fueron muy generosos con nosotros y nos permitieron hacerle una visita al interno 32, de nombre Adrián Almarengo, de 70 años, oriundo de la localidad de Arroyo Chorote, que se encontraba allí internado desde el año 1994 hasta la fecha.
Con grandes expectativas nos acercamos al instituto, fuimos recibidos con mucha felicidad, ya que hacía años que nadie se acercaba a visitar a Don Adrián. Nos contaron que hasta hace unos años lo visitaba un hombre, quizá algún amigo de su juventud, pero que hacía tiempo que no se lo veía por este lugar.
Le preguntamos a la recepcionista cómo se llamaba esta persona que lo visitaba, cuál era su aspecto físico. “Flaco, alto, con pelo largo y completamente canoso, siempre con anteojos de sol y una sonrisa radiante, a pesar de sus achaques y arrugas. Buscó en el registro de visitas, “Aquí está” nos dijo “Se llama Anselmo Spotirri, DNI 13……555”,
Ese misterioso personaje nos puso en alerta, aunque todavía no teníamos nada concreto. Con todo este bagaje de expectativa, con toda la adrenalina que nos generó esta visita, similar a la sensación de los músicos antes del concierto, fuimos a conocer a Don Adrián.
Continuará…

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