Durante el último fin de semana, en Estados Unidos, se cancelaron miles de vuelos debido a la combinación de las interrupciones de COVID-19 y el clima invernal que ralentizó los viajes.
Sólo el domingo, las cancelaciones alcanzaron los 2.373 vuelos, según el sitio web FlightAware, y las cancelaciones a nivel mundial llegan a 3.989. Sumando, en los últimos 10 días, más de 14.000 vuelos cancelados, incluida la Nochebuena, según un recuento de CNN de los datos de FlightAware.
Es probable que el problema se prolongue hasta la próxima semana, ya que las compañías aéreas necesitan tiempo para recuperarse tan solo de los problemas meteorológicos. Ya hay más de 310 vuelos de Estados Unidos cancelados para este lunes.

Una tormenta perfecta

Las aerolíneas ya han estado lidiando con la variante ómicron, que ha traído un aumento sin precedentes en los casos de COVID. Muchos empleados de las aerolíneas no han podido trabajar. La Administración Federal de Aviación también advirtió que más de sus propios empleados están dando positivo, lo que puede restringir los vuelos.
Ahora, un nuevo desafío se suma a los problemas de los viajeros: una gran tormenta azota las Montañas Rocosas y el Medio Oeste, trayendo hielo y nieve intensa. Casi una cuarta parte de los vuelos del aeropuerto internacional de Kansas City fueron cancelados el sábado. En Detroit, las aerolíneas cancelaron uno de cada cinco vuelos.