Joey Ramone, ícono del punk, cumpliría 70 años

Un 19 de mayo de 1951 en Nueva York, nacía Jeffrey Ross Hyman, más tarde sería conocido por el mundo entero como Joey Ramone. “El rock and roll fue mi salvación” declaró Joey en una de sus últimas entrevistas. La suya y la de todos aquellos que encontraron en su voz y su música al líder de un movimiento cultural que aun hoy sigue atravesando generaciones.

Los padres del punk

Jeffrey llegó al mundo con un teratoma, un feto que nunca se desarrolló y que quedó anexado a su columna vertebral en forma de un tumor. Si bien la operación fue un éxito, las secuelas se manifestaron en su juventud.
No sólo debía ser hospitalizado por sus constantes infecciones, sino que tras una posible mala experiencia con LSD, fue internado en una institución psiquiátrica. Allí le diagnosticaron trastorno obsesivo-compulsivo, paranoia, esquizofrenia y un daño cerebral mínimo.
En la adolescencia su comportamiento pasó de excéntrico a peligroso, y la escalada llegó a su punto más alto cuando amenazó a su madre con un cuchillo.
Fue la música lo que le ayudo a salir adelante, artistas como Buddy Holly, «The Beach Boys», «The Who», los grupos vocales femeninos que producía Phil Spector y «The Beatles» lo hicieron enamorase de la música. David Bowie y «The Stooges» de Iggy Pop fueron algo contemporáneo con lo que pudo sentirse identificado.
Primero formó «Sniper» una banda que hacia glam rock, pero en el año 1974 se daría el puntapié inicial de una banda que lo cambiaría todo. Junto al bajista Douglas Colvin, el guitarrista John Cummings y con Jeffrey en la bateria y voz nacía «Ramones».
Más tarde se les uniría Thomas Erdelyi para ocupar el lugar de baterista y dejar a Jeffrey a cargo de la voz. Todos los miembros adoptarían el «Ramone» como apellido, Jeffrey iría más allá, a partir de ese momento y para siempre sería conocido como Joey Ramone.
Las intenciones fueron claras desde el principio: en cada ensayo había que componer una canción, no habría solos de guitarra ni toques bluseros, todo debía ser rápido, directo y crudo. Volver a las bases en contraposición al rock grandilocuente de estadios y todo lo que imperaba en el mainstream de la época.

De un amor perdido al idilio argentino

Dentro de la banda, la relación más tensa se dio entre Joey y Johnny, tenían dos posiciones muy diferentes en lo musical y en la vida. Cuando Joey quería abrir el estilo de Ramones a nuevos aires, Johnny solo quería tocar punk rock puro y duro . Además ideológicamente se encontraban en la antípodas, el cantante era demócrata liberal y el guitarrista un conservador de ultraderecha fanático de Ronald Reagan y Richard Nixon.
Sin embargo, el conflicto que marcó el destino de ambos se dio cuando Linda Danielle, la novia de Joey, comenzó una relación en secreto con Johnny, con quien terminó casada. El golpe para el cantante fue duro y nunca se animó a enfrentar al guitarrista.
Su debilidad emocional lo llevó a cargar su dolor en silencio, pero se manifestó en un agravamiento de su TOC, en una infección en el pie y en un mayor consumo de drogas y alcohol. En vez de renunciar, eligió no dirigirle más la palabra a Johnny, que optó por hacer lo mismo. Y así fue hasta el final de la banda y sus propias vidas.
A pesar de que no vivieron el exito ni la masividad en Europa y en los Estados Unidos, hubo un lugar en el mundo en el que Ramones sí fueron súper estrellas. La Argentina los cobijó y el público les dio el reconocimiento que tanto habían merecido. Entre 1987 y 1996 vinieron al país siete veces desatando un fenómeno comparable a la beatlemanía en los años sesenta
En aquellos años a Joey le diagnosticaron un linfoma en la médula ósea, un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático. El hallazgo fue temprano, pero requería controles periódicos.
El 16 de marzo de 1996 dieron su concierto final en el estadio de River Plate, fue el más multitudinario de toda su carrera. La despedida definitiva fue en el Hollywood Palace de Los Ángeles el 6 de agosto de ese mismo año, en una actuación que compartieron con Lemmy Kilmister de Motörhead, Eddie Vedder de Pearl Jam, Chris Cornell y Ben Shepherd de Soundgarden y Tim Armstrong y Lars Frederiksen de Rancid.
Para fines de la década del 90 y principios de la siguiente el cáncer de Joey había empeorado mucho. Haciendo un gran esfuerzo grabó su único disco solista, «Don’t Worry About Me», el cual saldría a la venta meses después de su muerte y le valdría un último hit: el cover de “What a Wonderful World”, de Louis Armstrong.
Una fractura de cadera que requirió cirugía fue el principio del fin: internado en el hospital, pasó sus últimos días rodeado de sus afectos. Falleció mientras escuchaba una canción de U2 llamada «In a little while», en ella Bono canta “En poco tiempo esta herida no dolerá más”. Faltaba un mes para que cumpliera 50 años.

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