Anya Taylor-Joy, una ganadora «orgullosa» de la Argentina


Anya Taylor-Joy tiene 24 años y es uno de los pilares sobre los que se asienta el fenómeno de «Gambito de Dama», la serie de Scott Frank y Allan Scott que es furor en Netflix, donde interpreta a Beth Harmon, una niña huérfana que se convierte en un prodigio del ajedrez, papel por el que fue elegida mejor actriz en la noche del domingo en la 78º entrega de los Globos de Oro.
Taylor-Joy nació en Miami el 16 de abril de 1996, Estados Unidos, aunque dice ser de «lugares diferentes». De hecho, desde muy pequeña y hasta los 6 años vivió en Argentina y a la hora de marcar los rasgos de su personalidad y sus gustos los asocia con nuestro país, del que se siente «orgullosa».
Definiéndose a sí misma para un detrás de cámaras de la serie, Anya señaló: «Vengo de muchos lugares diferentes pero creo que mi forma de ser y mi actitud en la vida es de Argentina y agradezco mucho esa parte de mi historia. Me siento orgullosa de vivir en Argentina», señaló.
Hija de madre española-inglesa y padre escocés-argentino, Anya habla perfecto el castellano y en la versión rioplatense que nos caracteriza a los de este lado del mapa y del río.
Durante su etapa de escolarización en la Argentina, asistió entre 1999 y 2002 al colegio mixto y bilingüe Northlands School, en la localidad bonaerense de Olivos, el mismo donde se formó la Reina de los Países Bajos, Máxima Zorreguieta, también de origen argentino.
«Mis comidas preferidas son las empanadas, el pan de provolone, que me gusta más que la pizza, y los churros con dulce de leche», señala Taylor-Joy, promisoria figura del firmamento hollywoodense, que comenzó su carrera como modelo y alcanzó popularidad con su protagónico en la película de terror «La bruja», en 2015. Otros de los trabajos donde sobresalió fueron Fragmentado, Glass, Emma o The New Mutants y Peaky Blinders.
De belleza infinita, fuerte personalidad y cualidades actorales que pone a prueba y desarrolla con maestría en la serie de siete capítulos de Netflix, Anya cuenta que antes de la pandemia empezaba todos mis días dando un abrazo a cada persona en el set y cerraba el día igual, «porque pienso que mientras estamos filmando somos como una familia y nos tenemos que cuidar, eso crea una sensación de amor en el set». (Fuente: Télam)

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