EL DUEÑO DEL LOCAL HABLÓ "EN BUENOS TÉRMINOS" CON ELLOS Y NO RADICÓ DENUNCIA POLICIAL

Trevelin: «Pícaros» robaron cerveza y dinero a empresario y se las devolvieron

El propietario de la cervecería Gorsedd de Trevelin, Luis Schinelli, se refirió a un robo ocurrido dentro de su local días atrás. En diálogo con AzM Radio, mencionó que «tengo una fábrica de cerveza y desde el momento en que empezó la pandemia, sumado a la situación de la provincia y el país, busqué la forma de abaratar el precio de mi producto llegado al cliente; una de esas formas era vender en fábrica con botellas recuperadas, luchando contra los residuos mal utilizados» y destacó que «desde ese momento la gente empezó a venir a mi fábrica a comprar; además, vendía en algunos bares y restaurantes que en ese momento estaban cerrados, y algunos amigos convertidos en clientes se acostumbraron a acercarse a la fábrica a comprar, y si yo no estaba, la costumbre que tomé fue dejar la puerta abierta y sin llave; el código era que sacaban una foto de las botellas, yo dejaba la lista de precios, me dejaban un monto arriba de la mesa y luego me pagaban».

Cliente «infiel»

En tal sentido, «se iba sumando gente y fui depositando confianza en eso, jamás tuve un problema», agregó el propietario del local, sumando a ello que «el otro día me tuve que ir de viaje, una noche no estuve y cuando llegué me di cuenta de que la plata que me habían dejado, de la cual me habían mandado fotos, no estaba y era una clara evidencia de que me habían entrado».
Sobre esto último, detalló que «empecé a hacer unas preguntas a la gente que sabía que había estado, hasta que me di cuenta de que efectivamente alguien había ingresado a buscar cerveza, se encontró con que yo no estaba y se llevó la producción que había y algo de dinero sobre la mesa».



Hallaron a los «pícaros»

Las botellas con etiqueta de Gorsedd «no salen a la calle, se venden en los bares y en la calle tengo botellas sin etiqueta, recuperadas», planteó Schinelli, agregando que «se habían llevado unas 30 a 40 botellas con etiqueta, y le pregunté a alguien cuyo conocido había venido a comprar una botella para que se fijara: al rato me dijo ‘fui, encontré las botellas’, es decir que aparecieron las personas responsables; al rato vinieron con lo que quedaba de botellas que no habían consumido y con el monto que yo consideraba equivalía a lo que faltaba, charlamos en buenos términos, a uno se lo identificó por su lugar de trabajo al cual me acerqué y lo entendí como una ‘picardía’, pero lo resolvimos».

Sin denuncia

«No hubo una denuncia policial», aclaró el empresario cervecero, quien recalcó que «si bien se cataloga como un robo, me pareció que no valía la pena, por el monto y porque no me pareció salir a buscar todas las botellas; terminé charlando con ellos, no interesa quiénes son y lo entendí casi como una picardía; y por más de que haya pasado esto, si bien voy a cambiar un poco la metodología de trabajo, mi espacio sigue siendo un espacio abierto».



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