NATACIÓN PRESENTACIÓN DEL PROTOCOLO

En búsqueda del regreso a la actividad

Desde la Confederación Argentina de Deportes Acuáticos, se presentó días atrás, el protocolo ante autoridades del Ministerio de Turismo y Deportes de Nación, para lograr el regreso a la práctica de las disciplinas.
La natación, es la actividad que tiene a sus representantes olímpicos solicitando la vuelta a las prácticas.

 

La natación busca reabrir la práctica para los olímpicos

La Confederación Argentina De Deportes Acuáticos (CADDA) ya presentó semanas atrás un protocolo que permita la reapertura de las piscinas olímpicas con turnos limitados, sólo para los nadadores de elite y con todas las precauciones sanitarias del caso; esperándose el análisis de las autoridades del Ministerio de Turismo y Deportes y de Salud, para concretar la habilitación.
Según indica el sitio web https://swimswam.com/, “no hay fecha concreta para la vuelta de ningún deporte. Vamos a empezar a trabajar en protocolos. Estamos pensando en entrenamientos de 5 o 6 personas que ni siquiera compartan vestuario“, expresó el ministro de Turismo y Deporte de la Argentina, Matías Lammens.
“En las últimas horas, el Comité Olímpico Argentino (COA) y el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard), que financia parte de la logística del deporte en el país, prometieron mediar ante el Ministerio de Salud para otorgar un permiso especial de entrenamiento a los atletas ya clasificados a Tokio 2020”, sumó la nota.
La primera nadadora argentina en conseguir la clasificación a los JJOO Delfina Pignatiello, quien indicó : “para nosotros ir a la pileta es menos peligroso que ir al supermercado“, explicó en una entrevista la tricampeona panamericana. “Lamentablemente se nos pone en la misma bolsa que a cualquiera que vaya a hacer pileta libre a nadar, y nosotros somos atletas de elite que necesitamos entrenar para un Juego Olímpico. Ojalá se nos tenga en cuenta, se apruebe rápido esto, porque en natación es imposible entrenar sin estar tanto tiempo dentro del agua“, sumó.
Los otros dos argentinos clasificados a la cita olímpica viven realidades distintas, aunque también estuvieron afectados al confinamiento: Santiago Grassi, volviendo a nadar en una pileta municipal en Auburn, Estados Unidos; y Julia Sebastian, en busca de alguna piscina habilitada en Belo Horizonte, Brasil.

Federico Grabich, dos veces olímpico y medallista mundial en 2015, también superó los 60 días sin nadar en Rosario, otra de las grandes ciudades argentinas, donde los casos de coronavirus son mucho más aislados. “Estoy tratando de conseguir un permiso para que el gobierno provincial (en Santa Fe) nos permita entrenar, como grupo de prioridad dentro del deporte, viendo una posible clasificación a Tokio“, se ilusiona, en diálogo con el sitio web SwimSwam.
El reclamo argentino se basa en los protocolos vigentes en otros países. Con las diferencias de cada caso, desde que la pandemia forzó el aplazamiento de los Juegos Olímpicos, los nadadores de China, Rusia y Hungría, entre otros, siguieron trabajando a puertas cerradas. Mientras que aquellos que vieron interrumpidos sus planes de entrenamiento en Estados Unidos, Italia, Países Bajos, Alemania Suecia, Portugal, Israel y Japón ya retomaron su práctica.

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