SIN CONTAR LOS FONDOS NECESARIOS PARA PAGAR DEUDA PÚBLICA

El déficit primario de Argentina se disparó en abril y llegó al 0,7% del PBI

La fuerte multiplicación del gasto por parte del Gobierno Nacional, para intentar paliar las consecuencias sociales de la crisis sanitaria, llevó al resultado fiscal de abril a registrar un fuerte déficit de 228.821 millones de pesos, lo que equivale al 0,7% del Producto Bruto Interno (PBI) 2020 que proyecta el Gobierno. Se trata de un número extraordinario. Las transferencias a las provincias se multiplicaron por 10 veces en esa misma comparación interanual. El gasto social, tomando en cuanta al IFE, se duplicó. La obra pública empató con la inflación.

El rojo total, tomando también en cuenta el pago de intereses de la deuda, se cuadruplicó respecto al mismo mes del año pasado (302,7% de variación).

El resultado fiscal, publicado hoy por el Ministerio de Economía, mostró los esfuerzos del Gobierno para intentar morigerar el impacto de la crisis, lo que explica la emisión monetaria récord para financiar el creciente agujero en las cuentas. En rigor, en abril la impresión de billetes para el Tesoro, desde el BCRA, llegó a 310.000 millones de pesos. Y en marzo ya llegó a 290.000 millones de pesos.

A la par de la suba brutal en el gasto, los ingresos sufrieron la pérdida de actividad económica y consumo y también se vieron disminuidos por las decisiones de política fiscal. Crecieron apenas 14%, lo que representa una contracción real de 21,7%.

A través de un comunicado, Economía expresó que mientras la mayor bancarización benefició a la recaudación vía débitos y créditos, el resto de los tributos se vio afectado. Además, las rentas de la propiedad cayeron 66,4% real por la suspensión del cobro de cuotas crediticias al sector privado por parte de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS).

El gasto primario creció 96,8% nominal. El corriente, en particular, trepó 100% nominal, lo que significa uno de 37,3% real. Hacia dentro, las prestaciones sociales también se duplicaron en lo nominal. En lo real fue una suba de 36,4%, con buen desempeño de las asignaciones familiares y las pensiones no contributivas (incrementos por encima del 60%).

Pero sobre todo las transferencias corrientes saltaron por el fuerte impacto «del IFE, el pago del bono de 3.000 pesos de haberes mínimos de marzo, la continuidad del congelamiento tarifario, la entrega de tarjetas alimentarias y el refuerzo asignativo en materia de Apoyo al Empleo de casi 4.000 millones de pesos, entre otros».

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