LAS ESPECULACIONES FINANCIERAS QUE EXASPERAN A LA GESTIÓN DE ARCIONI Y LA GOTA EN EL DESIERTO EN CARACTER DE ´PRÉSTAMO´ CON LOS SUELDOS IMPAGOS. ESPERAN EMPEZAR A PAGAR CON LOS ENVÍOS DE NACIÓN, PERO AÚN NO HAY CRONOGRAMA. LOS PAPELES CANJEABLES QUE YA ENSAYAN BUENOS AIRES Y CORDOBA, Y EL PELIGRO DE ´SAQUEO´ POLÍTICO DE LOS BANCOS PROVINCIALES

Tranquilo que yo te banco

Por Trivia Demir

La crisis financiera de Chubut no tardó en contagiar los entendimientos y ahora casi toda la plana política oficial – esencialmente la vinculada a las cajas- pareciera estar atacada de ´sospechavirus´. Después que el Banco del Chubut saliera con tecnicismos que afectaron un poco más la popularidad del gobernador Mariano Arcioni, recortando drásticamente con descuentos de préstamos el dinero que el Ejecutivo trataba de poner en los bolsillos de sus empleados, ahora el presidente de la entidad recogió piola y anunció que no se producirán tales débitos en el mes en curso. Y aún más. La entidad financió $10 mil en efectivo a todos los empleados públicos. Por supuesto fue luego de que volaran algunos platos y que el propio Arcioni les diera un jugado ultimátum de desplazamiento a los jefes políticos de la entidad. “Les doy una semana, si no aplican las cosas que les estamos pidiendo, se van a tener que ir», los sentenció. Y el reto hizo efecto por lo menos provisorio, porque la semana se cumpliría el jueves, y ayer ya apareció una parte de la alineación esperada.

No maten al mensajero

Lo peor de todo es que los medios de comunicación quedamos casi en medio del ´pimporroteo´, y eso da si se quiere la dimensión del desparramo político que cunde en la bucólica capital chubutana. Por ese principio básico de la guerra que es la búsqueda de un ´enemigo externo´ cuando la tensión se torna mayúscula. Primero el ministro Oscar Antonena sintió la estocada de los innecesarios calificativos que le arrojaron desde la entidad, para cubrirse de los descuentos intempestivos, por considerar que se trataban de consideraciones periodísticas. Después, el propio presidente del Banco apuntó a ´los mensajeros´. Ni una cosa ni la otra subsano el desgaste que se vivió por estos días por desinteligencias gravísimas y poco oportunas de funcionarios de primera línea, y en el marco de la dimensión de la crisis que debe afrontar la gestión. Y por el contrario, llamó poderosamente la atención como el acicalado de plumas no se abandona ni siquiera dentro del charco.

Plumas y prioridades

Mientras el poder se mide en egos, lo dramático es que al igual que los proveedores y los acreedores, los empleados públicos de Chubut aún no terminaron de cobrar el mes de febrero. Además de pasarla mal esas 60 mil familias, el problema tiene efecto multiplicador en los Municipios porque con esto se atranca una gran parte de las cadenas de pagos de las ciudades, y se retrae aún más el consumo. Y en todo caso, este ´préstamo´ que ahora le otorga el Banco no se considera parte de esos sueldos adeudados, sino que lo deberán devolver con un ´pequeño interés´.
Ayer lo explicó claramente el presidente del Banco Chubut, Julio Ramírez: “Todos los empleados que cobren con el Banco del Chubut tienen una especie (sic) de descubierto por unos días, hasta que cobren el sueldo. Se trata de efectivo que se puede sacar del cajero y usar para cualquier cosa. Estos 10 mil pesos de débito tienen un pequeño interés”, dijo el funcionario en diálogo con Radio Chubut.
¿Cómo se entiende todo esto? ¿O sea que el Banco le presta a los empleados públicos que están literalmente quebrados, pero no le presta al Gobierno para que anticipe esos $10 mil de los sueldos adeudados? ¿Prefiere darles “una especie” de descubierto a los agentes que cobran cada 5 meses, y no “una especie” de descubierto “con un pequeño interés” a Arcioni? ¿No será mucho seguir endeudando a la gente y lucrando con su miseria a través de la letra chiquita de la especulación financiera?
“La verdad, es que políticamente cuanto más aclaran, oscurecen”, reflexionó un experimentado contador de comodoro que mira con asombro tanta temeridad y con ganas el sillón de Ramírez.

La sábana corta

Según el Patagónico “Hay que recordar que hasta este martes 7 de abril (por ayer) los únicos empleados públicos que cobraron su sueldo de febrero son aquellos que perciben hasta 65 mil pesos. Los jubilados tuvieron un poco más de suerte porque –si se cumple lo anunciado el lunes por el gobernador Mariano Arcioni- hoy tendrían disponibles sus haberes aquellos a los que les corresponden 150 mil pesos mensuales”. En ese marco se les da “un descubierto” y una ampliación del gasto de las tarjetas de crédito 365, superior a lo que definían sus propios recibos de sueldos. Ambas medidas excepcionales de parte de la entidad.
Por otro lado Economía alargó dos rangos de pagos más, pero no lo informó y todavía no hay un cronograma oficial. Así lo reclamaban al cierre de esta edición los trabajadores de la Educación principalmente en la seccional Sur.

Asoman los papelitos

La semana pasada Cadena3 puso sobre el tapete el sudor frío que les está corriendo por la espalda a los gobernadores. ¿Por qué? Porqué la recaudación de abril podría ser 20% inferior en términos nominales a la de marzo. Y, como en marzo a duras penas lograron pagar los sueldos (menos Chubut), temen que en abril directamente no puedan abonarlos. Es la peor pesadilla y se ve venir. Por eso, por ejemplo, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, se adelantó a todos la semana pasada a avisar que, en una de esas, tendrá que recortar salarios públicos en forma progresiva.
En ese marco, casi todas las provincias van buscando alternativas desesperadamente. El viernes pasado, Axel Kicillof les impuso a sus proveedores un certificado de deuda que éstos pueden descontar en el Bapro. Es una forma de financiarse con su propio banco. El Banco Central busca limitar ese endeudamiento del dueño del banco consigo mismo. Porque así empezó la crisis de los bancos provinciales en el 2001 cuando el gobernador era Carlos Ruckauf y abusó de ese mecanismo para financiar su déficit hasta que terminó haciendo entrar en una crisis de solvencia a su propio banco. Cuando el BCRA se pone muy pesado con esta exigencia los bonaerenses suelen sacar a relucir el pacto de Flores de 1859 por el cual, dicen, el Central no tiene jurisdicción sobre el Bapro.

Córdoba primero

Ahora Schiaretti fue más allá. También anunció que habrá un título para cancelar deudas con proveedores. Pero preservó al Banco de Córdoba, que ya quebró una vez en el angelocismo, ahogado por préstamos dados a su principal accionista (la Provincia) cuando éste entró en insolvencia. Esta vez Schiaretti dijo que el título será transferible y que servirá para cancelar deudas tributarias.
Es lo más parecido que ha habido hasta ahora a un bono tipo cuasimoneda en una de las provincias grandes. O sea, los proveedores del Estado que no tengan deudas tributarias, podrán usar el título para pagarle un bien o un servicio a otro particular. Y éste podrá pagarle a otro hasta que alguien finalmente use el bono para cancelar una deuda impositiva. O sea: es un medio de pago, limitado, pero medio de pago al fin.

Uso y abuso de bancos oficiales

La diatriba entre Antonena y Ramírez al fin de cuentas, es un anticipo del desencuentro que se empezará a dar en todos los estados subsoberanos.
Porque como advierte Cadena 3, “A menos que la Nación les empiece a mandar a las provincias acoplados de billetes, como mínimo una parte de lo que Fernández está emitiendo a rolete para bancar sus propios gastos concentrados más que nunca en el conurbano bonaerense, va a haber uso y abuso de bancos oficiales porque al final, va a ser inevitable”

Gota en el desierto

Según el columnista Adrián Simioni, aparentemente, la Nación está en eso, refieriéndose al primer envío a todas las provincias por $20 mil millones de pesos en Aportes del Tesoro Nacional, por fuera de la coparticipación, para sueldos. Con eso se supone que Chubut levantaría un poco de cabeza.
Ahora, ¿alcanza la plata? La periodista Gabriela Origlia publicó en La Nación que al conjunto de provincias le faltarían 50 mil millones de pesos para poder cerrar sus cuentas.
O sea que la cifra que el apoyo financiero que evalúa la Nación sería, cuando llegue, de apenas la mitad de lo que podrían necesitar los gobernadores.
La cuestión tiene una implicancia política enorme. La Nación es la única que tiene válvulas de escapes. Puede emitir dinero, como lo está haciendo a niveles récord. Y puede ahorrarse fortunas defaulteando deuda en dólares bajo ley argentina, algo que ya decidió por decreto el domingo.
Los gobernadores no han hecho eso. Hasta ahora. Tienen prohibido emitir cuasimonedas y la Nación presionó a Buenos Aires, por ejemplo, para que no defaulteara su deuda hace apenas semanas.
Así, los gobernadores han quedado más atados de manos que nunca. Y el poder del presidente es de una concentración con muy escasos antecedentes. En este caso, y por ahora, su centralidad es directamente proporcional a la crisis económica. Habrá que ver…

Fuentes: NA, Patagónico, Cadena 3, la Nación, propias

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