EN CHUBUT NO HAY ANUNCIOS DE AYUDA EXTRA PARA LOS MUNICIPIOS, Y CRECEN LAS INQUIETUDES Y NECESIDADES EN LAS ADMINISTRACIONES DE LAS CIUDADES POR LA BAJA DE INGRESOS. ARCIONI RECIBIÓ $500 MILLONES DE AYUDA DE NACIÓN POR LA PANDEMIA, PERO NO LLEGA A JUNTAR PARA SUELDOS. SE DESCARTARON LAS CUASIMONEDAS PERO SE CONSIDERA TOMAR FONDOS DEL FUCO

Mandalas para los intendentes

Por Trivia Demir

Hay nerviosismo y es entendible. El gobierno provincial hace sus cuentas desde la supra-burbuja que contiene a la estructura macro. No cierra una mala semana pero tampoco buena. Por un lado Chubut se mantiene entre las cinco provincias que no registraron oficialmente casos de COVID-19 y mientras tanto, el desvencijado sistema de salud trata de fortalecerse de urgencia merced a las compras de apuro y a los aportes privados que no se hicieron esperar. Por otro, el gobierno se comprometió a depositar este fin de semana -como cada vez que necesita aun sector específico-, el sueldo completo de los agentes de Salud. No pudo completar los demás salarios adeudados de febrero y terminará de pagar ese mes en abril, como se preveía.
En el medio, desde Nación descartaron la factibilidad de emitir cuasimonedas, y por el contrario comenzaron a inyectar fondos ´para la emergencia´, unos $500 millones en principio de ATN para Chubut. El problema es que para las urgencias que tiene el gobernador Mariano Arcioni eso es casi ´un aperitivo´, considerando que arrastraba un déficit mensual (sin pandemia) de unos $1.500 millones.
Ayer se hablaba de utilizar los depósitos en dólares computados en el FUCO que mantendría una reserva estimada en 55 millones de dólares comprometido para obras y que oficia de respaldo financiero, pero de los cuáles el gobierno pretendería extraer una parte para pagar sueldos. Esto podría ocasionar sin embargo que la posición financiera de la provincia en el Banco del Chubut se viera comprometida y que automáticamente el Banco procediera a ejecutar otras cuentas en menos de veinticuatro horas, para cubrirse. Toda esta movida requeriría además del aval de la Legislatura en un momento de gran sensibilidad política y social.

Sin anuncios de auxilio

Pero si la realidad de la superestructura aún no capotó del todo y le ha permitido hasta ahora a Arcioni ocuparse casi de manera excluyente en tratar de pagar los sueldos estatales, se puede decir que ha sido merced a que los intendentes, que asumieron sus funciones el 10 de diciembre pasado, vienen sosteniendo las ciudades a ´lo guapo´ y sin escalonamientos propios.
No sólo no pueden contar con demasiado aval desde Rawson, sino que aguantan atrasos a los aportes por coparticipación y ni hablar en pensar en obras u otros ´lujos´ que solían venir del poder central. Quiera o no, cada municipio o comuna se ha ido aguantando con lo que tiene merced a ingresos propios y endeudándose de algún lado. El problema es que la pandemia barrió de plano el ´veranito´ que traían en ingresos tributarios, y los meses que siguen será bastante peor advierten los entendidos.
Si esperaban algo de ingresos de refuerzo de la mano de lo que envía Nación, ahora entraron serias dudas de que exista algún reparto, y si había alguna ilusión de replantear ingresos coparticipables este año como lo está haciendo Neuquén, dado el histórico atraso que existe con las ciudades, por ahora habría que olvidarse.
La última reunión que Arcioni mantuvo con un grupo de alcaldes fue por videoconferencia hace más de diez días, y fue sólo para evacuar dudas e informar todas las medidas necesarias para evitar el avance del virus. Participaron los intendentes de Trelew, Adrián Maderna; de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque; de Cholila, Silvio Bourdargham; de El Hoyo, Paul Huisman; de Esquel, Sergio Ongarato; de Lago Puelo, Augusto Sánchez; de Puerto Madryn, Gustavo Sastre; de Rada Tilly, Luis Juncos; de Puerto Pirámides, Fabián Gandón; de José de San Martín, Rubén Calpanchay; de Rawson, Damián Biss; y de 28 de Julio, Adriana Agüero.
Desde entonces hay una marcada inquietud en las administraciones municipales porque muchas tendrán en breve serios problemas para pagar sueldos. Para provincia la solución es que los intendentes apelen a la solidaridad privada, achiquen gastos y busquen créditos. Sin embargo para gran parte de las administraciones del interior profundo la solución no es tan simple.

Otras provincias, otras gestiones

A la par, en otras latitudes hay otras experiencias en danza. En medio de los potenciados desafíos que entraña la pandemia y mientras esperaban un imperioso auxilio financiero de la Casa Rosada, muchos gobernadores salieron a blindar a los intendentes con fondos extra para que puedan hacerle frente al Covid-19 y solventar además gastos clave de los municipios, como los sueldos. Es que gobernadores e intendentes comparten también la preocupación por potenciales desbordes sociales ante el impacto del aislamiento obligatorio en los ingresos de los sectores más vulnerables.
Una amenaza que buscan menguar, con una redoblada asistencia para esos sectores que requiere, previsiblemente, de fondos adicionales en las cuentas locales.
En esa línea, el gobernador Axel Kicillof comenzó a enviar en las últimas horas a los intendentes bonaerenses $ 300 millones -bajo el formato de aportes no reembolsables- para fortalecer las políticas locales ante el coronavirus. La operatoria se activó con un decreto gubernamental donde se remarca que esos recursos extra apuntan a que “los municipios cumplan exclusivamente con los cometidos enunciados en los considerandos del presente, referidos a la emergencia sanitaria”.
Por su parte, el correntino radical Gustavo Valdés mantuvo un encuentro el pasado lunes con intendentes locales, a quienes les anunció el envío de una ayuda económica de 150 millones de pesos. Munidos de barbijos y distancias de más de un metro de por medio, allí Valdés y los intendentes “evaluaron las medidas de la emergencia sanitaria y el cumplimiento de la cuarentena en cada una de las localidades”.
En sintonía, en Catamarca, la administración del peronista Raúl Jalil comenzó a transferir a los municipios Aportes del Tesoro Provincial para permitirles lidiar con el retroceso que sufren los ingresos locales. Se trata de una asistencia “no reintegrable”, cuyo monto quedó atado de acuerdo a las necesidades de cada municipio.
En La Pampa, en tanto, el gobierno del justicialista Sergio Ziliotto asignó un aporte extraodinario de $50 millones para municipios y duplicó el monto de la tarjeta alimentaria.

Prevenir es mejor que curar

Así las cosas, la gestión Arcioni sigue pidiendo ´acompañamiento´ y ´paciencia´ a los intendentes y jefes comunales, pero sin considerar con seriedad lo que se podría desatar si comienza un colapso municipal. El tema ya puso en alerta a buena parte de la clase política provincial y nacional. Tanto que el vocero de Cristina, emitió un sugestivo llamado de atención. “Nos va a costar mucho salir de esta coyuntura. Chubut tenía problemas financieros desde antes y ahora hay que sumarle un desplome de todos los commodities. La caída del petróleo tendrá un efecto muy fuerte en la Provincia», detalló el diputado nacional del Frente de Todos, Santiago Igón.
El legislador enalteció las gestiones municipales, a tal punto que aseguró que los intendentes “están sosteniendo en gran parte a la Provincia porque no pagan los sueldos en forma escalonada (sic)”. “Imaginémonos si a los municipios le empieza a pasar lo mismo que a la Provincia”, se preguntó el diputado nacional del Frente de Todos y posible candidato K en 2023, en una reflexión para nada apocalíptica. Frente a este contexto, Igón solicitó a la clase política anticiparse a los colapsos posibles, “sentarse todos en una misma mesa y dejar la especulación a un costado”. La cuestión es que en Rawson, las ´sugerencias´ se analizan primero a la luz del color partidario, luego a las aspiraciones o proyección a futuro del autor de la idea, y finalmente se tamiza en certezas. Y como decía Charles Bukowski, “El problema con el mundo es que la gente inteligente está llena de dudas, mientras que la gente estúpida está llena de certezas”. Habrá que ver…

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