EN ARGENTINA SE TIRA EL EQUIVALENTE A UN KILO DE COMIDA POR DÍA POR HABITANTE

Un desperdicio

La situación alimentaria en nuestro país y en gran parte del Mundo ha comenzado a despertar una ardua preocupación, debido a que se desperdician sumas considerables de alimentos que pueden ser consumidos y que terminan dispuestos en tachos de basura distribuidos por todas las ciudades.
En este sentido, la Oficina de Presupuesto de la Nación, dirigida por Maros Makón, emitió un estudio en el que destacó que “según el Ceamse, el 41,5% de la basura metropolitana corresponde a alimentos, a veces sin consumir. Otro dato revelador de las tareas pendientes para lograr objetivos en este terreno es que de los 7 millones de toneladas de residuos sólidos recolectadas durante el 2018 sólo se han reciclado 12.000 toneladas y compostado (transformado en humus) 4.300 toneladas, aproximadamente, valores que representan un retroceso en relación con años anteriores”.
El gasto directo vinculado al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS 12) ascendía a noviembre de 2019 a $790 millones y el gasto devengado resultó 9% superior al de 2018, fundamentalmente destinado al Programa de Políticas para el Aumento de la Producción Productividad de las Cadenas Agroindustriales (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca). El gasto indirecto, de $7.167 millones, estuvo prioritariamente asociado a actividades de investigación del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria).
El estudio revela también que la pérdida y desperdicios de alimentos básicos se ubica en el rango de 12,5% de la producción de un año del conjunto de carnes, lácteos, cereales y oleaginosas, frutas, hortalizas y papas, poco más de 16 millones de toneladas, equivalentes a poco más de 355 por habitante, prácticamente un kilo de alimento de persona por día, en un momento en que la pobreza afecta largamente a más de 33% de los habitantes; y la indigencia, limitaciones severas de acceso a los productos básicos con los ingresos que generan, a 1 de cada 12 residentes; y el Gobierno ahora busca reducir con la entrega de la Tarjeta Alimentaria.
Si se tiene en cuenta el presupuesto directo de la Administración Central y el indirecto a cargo del INTA, se concluye que hoy en la Argentina se destina menos de 50 centavos de pesos por kilo de alimento perdido y desperdiciado, para reducir al mínimo esos índices a lo largo de todo el eslabón productivo, comercial y de llegada al punto final.

Áreas con menos desperdicio

Dado que la mayor parte de la producción de cereales y oleaginosas se destina a la exportación, en términos relativos es el que registra menores pérdidas y desperdicios a lo largo de cadena desde la producción hasta el consumo final en los hogares, desde la cosecha; postcosecha, almacenamiento; procesamiento y envasado; distribución, aunque en valores absolutos representa más de la mitad.
También el informe de la OPC muestra que los desperdicios en el consumo, muchas veces por compras y procesado en hogares y restaurantes en exceso sobre el uso e ingesta óptima, al final del eslabón por parte de la población en su conjunto,representa casi el 10% del total, unos 35 kilos por habitante por año.
El trabajo de marras muestra que el segmento de las hortalizas y tubérculos es el que registra mayores porcentajes de pérdidas, por encima de 30% de su producción.
Por etapas de la cadena de suministro, los mayores desperdicios se detectaron en el estudio correspondiente a 2015, porque pese a la gravedad del problema no se disponen de recursos suficientes para promover un seguimiento riguroso de este problema que no es sólo nacional, pero que adquiere significación mientras se intenta ensayar una política de subsidios para combatir el hambre, se presenta en la producción primaria; seguida de la distribución en aquellos casos donde el producto es más sensible a la conservación o cadena de frío, como frutas, hortalizas, carnes y lácteos.

Objetivos y acciones

Los profesionales de la Oficina de Presupuesto del Congreso resaltan: “El objetivo de reducir la pérdida y desperdicio de alimentos está relacionado con otros enfrentamientos y problemáticas de enorme relevancia, tales como la seguridad alimentaria, el desarrollo rural y sistemas alimentarios eficientes e inclusivos”.
Y concluyen: “El cumplimiento de esta meta implica un enfoque transversal y un trabajo interdisciplinario. Mejorar los resultados dependerá de los esfuerzos destinados a garantizar el acceso a mejores tecnologías, procesos, sistemas alternativos para productos perecederos y de la concientización sobre la población y principales actores productivos en cuanto a la separación y reutilización de excedentes”.
En el último año, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca tuvo bajo su responsabilidad la ejecución de acciones orientadas al aumento de la producción y productividad en las Cadenas Agroindustriales en Forma Sostenible, con un presupuesto inicial de $683 millones, el cual sobrepasó en un 8%, según el informe de la OPC, pero más por efecto del desborde de la inflación que por necesidades reales.
La tarea de políticas con atención de gastos directos se concentró la formulación de políticas de los sectores pesquero y acuícola, y en menor medida en el régimen de recuperación de la ganadería ovina. Por el contrario, se detectó una notable subejeución de la partida de $14,1 millones para acciones en el sector lechero; de $23,1 millones asignados para las vinculadas con la agricultura extensiva e intensiva; y de $22,3 millones para políticas de la rama pecuaria.
Mientras que los programas con un gasto indirecto final de $501 millones registró en general altas tasas de ejecución, con excepción de las dirigidas al Desarrollo de la Agricultura Familiar y Territorial, 15%; Desarrollo y Apertura de Mercados 12%; e Investigación Fundamental e Innovación Tecnológica 83 por ciento.

Cumbre mundial de 2019

Vale recordar que el 23 de septiembre comenzó la Cumbre de Acción Climática que reunió a los principales líderes del planeta y tuvo una repercusión única. Y es que a través del contundente discurso de la adolescente sueca Greta Thunberg, líder de los movimientos estudiantiles que alertan sobre el cambio climático de los efectos que la crisis climática causa en el planeta, pareciera ser que el tema preocupa cada vez más a la población.
Lo cierto es que la concientización sobre el impacto negativo que genera el ser humano en el mundo es cada vez más fuerte. Una de las grandes problemáticas sin duda, es el desperdicio de alimentos en ciertos lugares del mundo mientras que en otras hay personas que no pueden acceder a un alimento.
Según datos recientes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en el mundo existen hoy 821 millones de personas subalimentadas. A su vez, la pérdida y el desperdicio de alimentos son considerados una falla en el funcionamiento de los sistemas alimentarios, ya que 1/3 de los alimentos producidos para el consumo humano se desperdician en todo el mundo, lo que equivale a cerca de 1.300 millones de toneladas al año, suficientes para alimentar a casi 2 billones de personas. En Argentina, las cifras ascienden a un desperdicio anual de 16 millones de toneladas de alimentos.
Sin embargo, en los últimos años, Argentina ha dado importantes esfuerzos en la necesidad de reducir las pérdidas y los desperdicios para construir sistemas alimentarios más sostenibles. De hecho, el país lidera este proceso en la región y desde 2015, por ejemplo, cuenta con un Programa Nacional de Reducción de Pérdida y Desperdicio de Alimentos que gestiona la actual Secretaría de Gobierno de Agroindustria de la Nación; y ha conformado una Red Nacional con más de 70 miembros del sector público, empresas del sector agroalimentario y ONGs, entre otros.

Finalmente, a través de una resolución del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, se declaró el 29 de septiembre como el día para promocionar la Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. De esta manera, la Argentina se convierte en el primer país del mundo en contar con un Día Nacional de estas características. Esta es una muestra de cómo las alianzas público privadas son esenciales para crear puntos de inflexión y generar el impacto para lograr cambios reales y duraderos.

“Contagiar” a más actores

“Celebramos la declaración del 29 de septiembre como el día para promocionar la Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. A partir de la resolución ministerial, podemos contagiar a más actores para que se sumen y así continuar visibilizando la problemática, ofreciendo soluciones para reducir el desperdicio de alimentos. Unilever está comprometida con esta causa; es por eso que desde hace años trabajamos activamente junto al sector público, privado, organismos internacionales y sociedad civil para desarrollar acciones que permitan tomar conciencia y contribuir favorablemente con este desafío”, afirmó en una entrevista con Infobae Karen Vizental, Vicepresidente de Comunicaciones Corporativas y Sustentabilidad de Unilever Latinoamérica.
“Creemos que la representación de este proyecto es una gran oportunidad no sólo en esta coyuntura mundial, sino también porque representa una continuación de la gestión argentina en la Cumbre del G20. La coalición oficial del sector privado – el Business 20 (B20)- tuvo su distinción respecto de ediciones anteriores por haber creado el grupo de trabajo Sistema Alimentario Sostenible, que entre otras ideas, elevó recomendaciones de políticas públicas específicamente enfocadas a minimizar la pérdida y el desperdicio de alimentos”, aseguró Vizental.
Además, según la especialista, las entidades que impulsan este proyecto están al tanto que a la fecha no existe una experiencia similar en otros países: “Esto quiere decir que Argentina sería el primer país del mundo en contar con un día abocado a la temática, lo que permite darle entidad, difundir la problemática a nivel nacional y llamar a la acción, con la oportunidad de sumar nuevos aliados. Creemos también que esta iniciativa reforzaría el rol de la Argentina como país comprometido con una agroindustria sustentable, un motor clave para el desarrollo económico que promete convertirnos en el ‘supermercado del mundo’ y poder brindar alimentos para millones de personas en un momento donde tantos lo necesitan”.

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