LA FUNDACIÓN MUNDO MARINO REALIZÓ UN RELEVAMIENTO

Falta de alimento y contaminación, las principales amenazas de la fauna marina

Al finalizar cada año, la Fundación Mundo Marino elabora un balance sobre el registro total de mamíferos, aves y reptiles marinos que requirieron algún tipo de asistencia profesional al momento de su hallazgo. De un total de 401 animales asistidos, 153 pudieron ser reinsertados a su hábitat luego de atravesar un proceso de rehabilitación. El resto, fueron hallados muertos o tuvieron un deceso como consecuencia de las afecciones que los hicieron ingresar al centro de rescate. Actualmente, 15 animales, entre aves y reptiles marinos, se encuentran recibiendo asistencia profesional.
Sobre las principales causas que afectaron a la fauna marina, la falta de alimento se ubicó en el primer lugar. Más de 140 animales asistidos presentaron cuadros de desnutrición, seguidos de deshidratación e hipotermia. Algo que afectó especialmente a lobos marinos tanto de Dos como de Un Pelo (Arctophoca australis y Otaria flavescens, respectivamente). En estos animales es importante tener en cuenta que el agua para su hidratación la obtienen a partir del alimento sólido que ingieren (principalmente, pescado). Por lo que, ante la falta de ese alimento, se desencadena un cuadro de deshidratación y de hipotermia al no tener las energías suficientes para termo regularse.
“La falta de alimento puede tener varias causas, entre ellas, la sobre pesca y la emergencia climática que altera las rutas habituales de las presas. Lo que sí es claro, es que estos animales con estos cuadros son centinelas de lo que ocurre en el mar. Su cuadro fisiológico alterado nos indica que algo malo está ocurriendo mar adentro y no lo estamos pudiendo ver”, explica Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y jefe del centro de rescate de la Fundación Mundo Marino.

Aves marinas

A lo largo del 2019 llamó especialmente la atención la aparición de pingüinos con este tipo de cuadros, particularmente de la especie magallánica (Spheniscus magellanicus). Respecto a 2018, aumentaron un 128 por ciento la cantidad de estas aves marinas que requirieron asistencia profesional (121 versus 53). Y la desnutrición seguida de cuadros de deshidratación e hipotermia, estuvo presente en el 65 por ciento de los casos registrados.
“Estas aves marinas son gregarias, por lo que su sola presencia solitaria en la playa ya representa un signo de que algo malo le ocurre a ese animal. Algo está ocurriendo en su periplo migratorio que no encuentran el suficiente alimento y las obliga a salir del agua al no poder regular su temperatura corporal. Tengamos en cuenta que estas aves a fines de marzo comienzan un proceso migratorio que las lleva desde nuestra Patagonia hasta la latitud de Río de Janeiro en Brasil, por lo que cubren un trayecto de alrededor de 5000 kilómetros”, aclara Rodríguez Heredia.

Contaminación

La desnutrición no fue la única de las afecciones que presentaron los animales al momento de ser asistidos. Fueron 40 los animales que sufrieron las consecuencias de la basura en el océano, y cuyo protagonista sigue siendo el plástico. La interacción negativa de este material se manifiesta de manera explícita en las tortugas marinas que lo ingieren al confundirlo con su alimento (medusas y fauna gelatinosa). Un dato que se confirma a lo largo de los años, dado que el 97 por ciento de las tortugas que ingresan a la Fundación Mundo Marino presentan algún tipo de plástico en su sistema digestivo.
“La ingesta de plástico en gran cantidad por parte de una tortuga marina, además de poder provocar una obstrucción intestinal, les genera un cuadro de “chaleco salvavidas” por la cantidad de gases que comienzan a generar. Así, se les ve afectada su capacidad de inmersión y de buceo, tanto para buscar presas y alimentarse como para buscar temperaturas más aptas”, explica Karina Álvarez, bióloga y responsable de Conservación de institución san clementina.

Enmalle en redes de pesca

Por último, otra de las amenazas más registradas fue el enmalle en redes de pesca, es decir, la captura no deseada de especies marinas en redes. Entre las especies más afectadas se destacan las tortugas marinas y el delfín franciscana (Pontoporia blainvillei). En el caso de los reptiles, la interacción se genera porque las aguas costeras de la provincia de Buenos Aires es una zona de alimentación estacional de tres especies de tortugas marinas: verde, cabezona y laúd (Chelonia mydas, Caretta caretta y Dermochelys coriacea, respectivamente). Según sugieren los estudios de monitoreo satelital que se realizaron a través del Programa Regional de Conservación de Tortugas Marinas (PRICTMA), existiría una superposición entre la zona de alimentación de estos reptiles marinos y las áreas aprovechadas por flotas pesqueras. Una situación reconocida, incluso, por el Consejo Federal Pesquero, autoridad de aplicación del Programa de Acción Nacional para Reducir la Interacción de las Tortugas Marinas con las pesquerías en la República Argentina.
En el caso del delfín franciscana, en 2019 se registraron 21 animales muertos. Esta especie reunió a más de 40 expertos de todo el mundo en San Clemente, en noviembre 2019, para analizar estrategias en pos de su conservación, dado su actual estado de vulnerabilidad. La razón por la cual este animal está tan expuesto a la amenaza del hombre es que es un mamífero marino que habita en aguas poco profundas cercanas a la costa. Un factor que lo vuelve vulnerable tanto al enmalle en redes de pesca como a la contaminación química. Según un estudio liderado por el biólogo Pablo Denuncio, del grupo de Investigación sobre Biología, Ecología y Conservación de mamíferos marinos de la Universidad Nacional de Mar del Plata, el 30% de los animales de esta especie analizados en la región bonaerense había ingerido accidentalmente basura marina.

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