DENUNCIAN QUE NO SON PROFESIONALES Y SOLO HICIERON CURSOS POR YOUTUBE

Cuestionan habilitación de barberías que ofrecen alcohol a los clientes

Una reconocida estilista de Puerto Madryn advirtió sobre una tendencia que parecería haberse incrementado en los últimos tiempos a nivel local, que es el agregado de barras para comercializar bebidas alcohólicas, como servicio adicional, dentro de las barberías que constituyen un segmento que ha venido mostrando un crecimiento sostenido en la ciudad.
También, la profesional hizo hincapié en “la problemática de cursos que se dictan en uno, dos o tres meses, tiempo en el que nadie puede convertirse en peluquero o peluquera” y manifestó que “hay barberías ‘pantalla’, que no son muy lujosas, pero sí vistosas, y también mucha falta de conciencia respecto de la formación”.
Se trata de una cuestión que comenzó a ventilarse dentro del segmento durante el último año, habida cuenta del surgimiento de barberías en distintos puntos de la ciudad; espacios que ofrecen un diferencial respecto del estilo y la ambientación con respecto a otros salones de belleza, pero que ahora son motivo de crítica por parte de algunos profesionales que advierten que la oferta de bebidas no solamente constituye una cuestión irregular, sino que también puede generar riesgos para quienes concurren a dichos espacios, teniendo en cuenta la manipulación de elementos cortantes por parte de los barberos.

Consumo de alcohol

En este sentido, la estilista explicó que la informalidad también es una cuestión que atraviesa muchos de los locales de belleza que hoy funcionan en Puerto Madryn: “Hoy, puedo abrir un salón o un instituto de estética y no me van a pedir un certificado o diploma que acredite que puedo cumplir esa función. En Madryn hay muchos locales habilitados con gente que nunca ha hecho un curso formal, o bien lo ha realizado a través de YouTube. También, hay peluquerías que se usan como confitería o bar, que son dos funciones que no van de la mano. Por un lado, al tener una dosis de alcohol en sangre, el reflejo no es el mismo y uno trabaja con elementos cortantes”, expuso.
Asimismo, planteó que “debemos tener un reflejo controlado para poder trabajar, sino básicamente no sabemos lo que estamos haciendo”.

Barberías “pantalla”

En esta línea, la profesional sostuvo que “si uno se considera profesional, no debería existir el agregado (de bar o confitería), es algo que sigo recalcando; si quiero tener un salón de peluquería, estética o barbería habilitado, debo tenerlo con lo que me dice el certificado habilitante, no le puedo agregar bar o cualquier otra cosa. También están las barberías ‘pantalla’, que no sabemos para qué las usan, pero están” y agregó que “hemos observado algunas casi céntricas, no lujosas, pero sí vistosas, y llama la atención ya que, como peluquera, sé cuánto es lo que se puede llegar a ganar o lograr”.

Sin avales

En cuanto al uso de formol en tratamientos de belleza, reconoció que “nadie toma conciencia, y si el peluquero no lo hace, los clientes tampoco, ya que estos se reflejan en el profesional”, sumando a ello que “también ocurre algo similar con el tema de los cursos, que los dicta cualquier persona y duran uno o tres meses, con clases online a través de WhatsApp, y lo cierto es que nadie es peluquero en uno o tres meses; primero se trabaja mucho desde lo teórico, ya que es indispensable conocer las enfermedades capilares”.
A ello, añadió que “están los falsos instructores, hay gente que se hace llamar ‘profesor’ o ‘docente’ y, por lo que tengo entendido, a través del Ministerio de Educación cada docente tiene un legajo y un aval legal y administrativo”.

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