EN EL MARCO DE UNA CAMPAÑA QUE LO LLEVARÁ HASTA LA ANTÁRTIDA

Llegó a Madryn el buque de Greenpeace

En horas de la mañana de este viernes 8, amarró en el lado norte del Muelle Comandante Luis Piedra Buena de Puerto Madryn, el buque Esperanza, perteneciente a la organización ecologista Greenpeace.
Y a las 14 horas, brindaron una charla sobre ballenas a bordo del buque, con convocatoria abierta a toda la comunidad.

Campaña mundial

El buque Esperanza atracó en Puerto Madryn como parte de una campaña de concientización sobre la falta de regulación en aguas internacionales y que busca denunciar la acción “de unos 400 pesqueros que diariamente arrasan la fauna marina del mar Argentino”.
“Pole to Pole” (de Polo a Polo) es la campaña internacional que comenzó a principios de año en el Ártico y busca llegar a la Antártida para evidenciar la urgencia de un Tratado Global de los Océanos, compromiso que se debatirá el próximo mes de marzo en una cumbre realizada por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
“Buscamos generar conciencia sobre la falta de regulación en alta mar en aguas internacionales, que permite que 400 buques pesqueros de potencias internacionales arrasen con toda la fauna marina”, explicó Gonzalo Strano, vocero de Greenpeace Argentina durante su visita a Buenos Aires y en una recorrida que realizó Télam en el buque que con 72 metros de eslora es la embarcación más grande con la que cuenta la organización.
“Estos barcos no pescan dentro de la zona económica exclusiva (200 millas náuticas desde la costa argentina), pero si lo hacen al borde, es decir que es casi lo mismo; frente a Puerto Madryn en una formación que se llama el agujero azul que tiene una característica de relieve marino que permiten hacer lo que se llama pesca de arrastre”, precisó Strano.
El activista detalló que este tipo de pesca consiste “en levantar toneladas y toneladas de merluza, merluza negra y calamar” y añadió que “el problema no sólo se da con estas especies, sino con el resto de los animales, que se mueren en las redes y son devueltos al mar generando desequilibrios ecológicos”.
“Necesitamos que la sociedad apoye un pedido que vamos a elevar a la ONU para que se firme este Tratado Global de los Océanos que establece que hacia el año 2030, un 30 por ciento de los océanos sean áreas marinas protegidas”, sostuvo Strano, quien contó que “todos los estados se comprometieron a firmarlo, por eso ahora necesitamos el apoyo de la ciudadanía”.

El buque insignia

Este buque, el más grande de la flota que posee Greenpeace, con 72 metros de eslora (largo total), fue sometido a una serie de modificaciones ya que anteriormente cumplía funciones como buque de bomberos para el gobierno ruso. Gracias a sus características la nave es ideal para un trabajo rápido y de largo plazo. Además, su capacidad para navegar entre hielo hace posible que también pueda trabajar en regiones polares.
El B/M Esperanza comenzó a trabajar para Greenpeace en 2002 en la campaña de bosques, participó en varias acciones durante la Cumbre de la Tierra celebrada en Johanesburgo y además ha investigado y documentado el impacto de las flotas pesqueras en las costas africanas.

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