REABRIÓ TRAS VARIOS AÑOS Y TRABAJA LOS LUNES, MIÉRCOLES Y VIERNES

Funcionará en el Hospital un grupo que contiene y acompaña a alcohólicos

En el marco de la problemática del alcoholismo, un flagelo que afecta tanto a jóvenes como adultos, desde hace un tiempo comenzó a funcionar nuevamente el Grupo Institucional de Alcoholismo (GIT), un espacio que, con intermitencias, operaba dentro del Hospital Zonal “Dr. Andrés Ísola” y que ahora estará disponible los lunes, miércoles y viernes, de 18 a 19:30 horas en el Consultorio 12.
Principalmente, el espacio, coordinado desde sus primeros años por un vecino de Puerto Madryn, consiste en charlas de acompañamiento y concientización, tanto para personas que padecen de alcoholismo como así también para “familiares, amigos o quienes quieran acompañar a personas” con dicho problema.
Desde el GIT reconocieron que el consumo de alcohol en jóvenes es cada vez más intenso y que apuntan a no calificarlo como una “adicción”, sino concentrarse en aquellos problemas individuales e incluso sociales, que pueden llevar a una persona, independientemente de su edad, a caer en un consumo problemático.

Una iniciativa regional

Al respecto, el coordinador del Grupo, Carlos Goyeneche, sostuvo en diálogo con El Diario que “se trata de un grupo terapéutico y abierto que ayuda a enfermos alcohólicos, familiares y amigos” y destacó que “puede participar cualquiera que quiera escuchar, aprender o enseñar, ya que todos sabemos algo de alcoholismo, a veces no hablamos, pero sabemos”.
Consultado sobre la diferencia de la entidad con otras como Alcohólicos Anónimos, sostuvo que, en este caso, el GIT “fue creado en el ámbito del Hospital de Río Negro, en 1984, y se trabaja en todos los lugares posibles, siempre en los hospitales, que es donde se cuenta con el apoyo de todas las redes”.

Reapertura

En Puerto Madryn, el Grupo surgió a principios de los años noventa, “cuando se creó un Decreto por el cual se formaron, en toda la provincia, trece grupos; los últimos que perduraron son el de Comodoro Rivadavia y el de Puerto Madryn, que cada tanto reabre, todo el resto desapareció”.
Sobre la cantidad de asistentes durante los días en los que trabajan, Goyeneche reconoció que “son pocos, por la falta de difusión, además de que, como coordinador, tuve que cerrar el mismo hace dos años luego del fallecimiento de mi esposa y el tiempo que me llevó hacer el duelo para poder retomar la actividad y estar al frente del mismo”.

“Vemos gente con problemas”

Las actividades del Grupo son variadas, pero principalmente están canalizadas en charlas: “Talleres se hacían afuera cuando se podía y cuando nos daban espacio, pero actualmente no contamos con eso. Lo que hacemos desde el Hospital es ayudar a la gente, a las familias, a trabajar en el problema, que no es el alcoholismo sino lo que le pasa a la persona para caer en él. No salimos a buscar alcohólicos y no vemos alcohólicos, sino seres humanos con problemas. No interesa cuántos litros tome una persona, sino su situación como ser humano, como hombre, mujer, niño o niña”, expresó Goyeneche.

Una “enfermedad social”

Preguntado sobre los casos de gente joven con problemas de alcoholismo, señaló que “la juventud hoy está peor que hace muchos años, lo que pasa es que a nivel local no se ve; cuando retomamos el Grupo hace unos meses, vino gente que había venido antes, pero no nueva” y planteó que al alcoholismo “es una enfermedad social, no solo para quien la padece sino para quienes conviven con él; se enferman el grupo familiar, amigos, vecinos, y la niega el que la padece; también, el que compadece y está cerca de la persona”.
Además, Goyeneche sostuvo que “mientras se siga diciendo que el alcohol es una adicción, como a las drogas, los fármacos y la comida, nadie se va a hacer cargo” y sostuvo que “es un problema de salud; a nivel mundial, desde 1992 el alcoholismo está declarado como una enfermedad”.

“Es posible curarse, pero lleva trabajo”

Por otra parte, Goyeneche hizo referencia a una cuestión socialmente aceptada, que es la presencia de publicidad, mayormente en medios audiovisuales, que incentiva la ingesta de bebidas alcohólicas, y también mencionó el ejemplo de la ciudad de Cipoletti, en Río Negro, donde “hay grupos que ayudan y están presentes en todos los estamentos; a la gente que le hacen una multa (por alcoholemia positiva) va al Hospital, participa de una charla” y explicó que ese es uno de los pasos para la devolución de la licencia de conducir.
“Yo salí (del alcoholismo) hace 20 años, me capacité y desde hace 16 años que ayudo a otros a hacer lo mismo”, explicó el coordinador del GIT, concluyendo que “hemos ayudado a muchísima gente, algunos han recaído, otros no; y hay muchos que directamente han dejado de tomar, aunque curarse lleva más trabajo, pero se puede”.

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