El comisario General (RSE) Honorio Muñoz cumplía funciones como jefe de la Seccional Primera de Puerto Madryn, aquél 21 de enero de 1994, cuando el fuego se desató al oeste de la Ruta Nacional 3, dejando el trágico saldo de 25 víctimas fatales, la mayoría menores de edad.
Recordados como mártires y héroes, muchos también han entendido a los bomberos voluntarios fallecidos como “víctimas” de un sistema bomberil que, a nivel nacional, debió atravesar profundas modificaciones, incluidas la sanción de una ley que cambió de manera absoluta el esquema de trabajo, y el homenaje, año a año, de quienes perdieron la vida en el siniestro ígneo más grave en la historia de la ciudad del Golfo.

Diario: – ¿Qué función se encontraba desempeñando cuando fue convocado a participar de las tareas de rescate durante la tragedia del 21 de enero de 1994?

Honorio Muñoz: Era jefe de la Seccional Primera, y el titular de la Unidad Regional, Rubén López Oliver, justamente había ido a recorrer la zona de Gan Gan y Gastre, ya que ese destacamento abarca más allá de Puerto Madryn. Por eso, me había tocado estar a cargo de la Regional, esa era mi función, además de intervenir en el hecho, conjuntamente con el juez de Instrucción (Néstor) Lorenzetti, ya que en ese entonces no había fiscales, y con él nos pusimos al frente de recoger los cuerpos e identificarlos. Estuvimos casi 72 horas en tratar de reconstruir quién era quién. Algo verdaderamente doloroso.

D: – Como policía, ¿cómo lo ha marcado su participación en el hecho?

HM: “Estuve en la Policía durante treinta años y he vivido muchos episodios graves, pero este fue uno que nos marcó para toda la vida. Recoger los cuerpos, ver las figuras en el lugar. En un principio, salíamos a buscar a once personas con el juez (Néstor) Lorenzetti, el médico forense Encinas, y lo que siguió fue un episodio que quedó grabado para toda la vida. Había dos cuerpos de una pareja, que estaban tomados de la mano. Es muy fuerte, la verdad, y lo vivimos como todos los madrynenses, con mucha angustia y dolor. Tenía en aquél momento un suboficial que trabajaba conmigo, cuyo hijo estaba en Bomberos Voluntarios y también falleció (por Néstor Dancor). Había un nenito de 11 años (por Marcelo Mirando), cuyo cuerpo no podíamos encontrar. Habíamos recogido 24 y, al día siguiente, encontramos el número veinticinco. Realmente, fue muy dramático, y recordarlo hoy a la distancia, todavía duele; porque las imágenes siempre están presentes en nuestra mente.

D: – Se habla de “héroes” y “mártires”, pero no hay que olvidar que los 25 fallecidos fueron, también víctimas de un sistema bomberil que no supo protegerlos ni contenernos al momento de la tragedia.

HM: Sin ninguna duda. Esta fue una de las tragedias más grandes en el mundo, en su generalidad, y en los bomberos, en su particularidad. Nunca había ocurrido una desgracia tan inmensa, y es cierto que no había un sistema que los cuidara ni custodiara. Al momento de meter a un nene que tenía once años, uno se da cuenta de la impericia, primero, y de la desorganización que existía, en segundo lugar. El Gobierno (Provincial), en ese entonces, intervino Bomberos. Por un Decreto que había hecho la ministra de Gobierno, Lidia Martin, me tocó dirigir (el operativo) y, la verdad, no había una ley ni legislación que custodiara a la gente. A partir de ese hecho, sí hubo una modificación en beneficio de la actividad bomberil.

D: – Pasaron 25 años. ¿Qué cuestiones mejoraron desde entonces, en lo que hace a la seguridad de la dotación de Bomberos en Chubut?

HM: En primer lugar, está el dictado de la Ley que beneficia a los bomberos, estableciendo que deben tener cierta idoneidad para el cargo; se hacen cursos, entre otras cosas. Entiendo que el Gobierno en muchos aspectos los ayuda con subsidios para la compra de elementos que la actividad bomberil necesita. A partir de ese hecho, se ha modificado la legislación en todo el país. Incluso, tuve la oportunidad de estar en España realizando un curso, y cuando llegó la noticia, ellos tenían un cuerpo de seguridad que manejaba la Policía, en la zona de Cataluña. Y una parte era municipal, así que tomaron parte de esa legislación nacional que se sancionó, y actualmente lo aplican, también. Creo que se ha avanzado mucho, para bien de la comunidad, más allá de la desgracia de este hecho.