LAS CONDUCTAS CURIOSAS Y LOS SIGNIFICADOS EN ÉPOCAS DE SANTA

La psicología de la Navidad y los íconos emotivos

La Navidad tiene su lado psicológico que se expresa en conductas curiosas, poco conocidas y a veces imposibles de imaginar. Entre ellas, la adicción a las luces navideñas. Otros rasgos que mencionan los psicólogos: las mujeres son más diplomáticas que los hombres al recibir un mal regalo de la pareja y la decoración navideña exterior nos hace parecer más sociables
“Los regalos son uno de los grandes protagonistas de las fiestas navideñas, aunque a veces “van mal” y pueden convertirse en una situación sin salida”, explica el psicólogo británico Jeremy Dean, autor del blog psicológico PsyBlog , en una pequeña revisión de publicaciones científicas titulada “The 12 Psychology Studies of Christmas”.
“Suponemos que las personas cercanas a nosotros nos conocen lo suficientemente bien como para llevarnos buenos regalos. Así que cuando llega un mal obsequio éste tiende a reflejar una cierta pobreza en la relación”, señala Dean.
Sin embargo, según este experto, los hombres y las mujeres parecen tener diferentes mecanismos psicológicos para hacer frente a los regalos pobres o inadecuados, y reaccionan de forma distinta a corto plazo, ya que ellas fingen que el obsequio recibido es justo lo que siempre han deseado, mientras que ellos son más propensos a decir lo que de verdad piensan.
El estudio “The Gift of Similarity: How Good and Bad Gifts Influence Relationships”, dirigido por la doctora Elizabeth W. Dunn, de la Universidad de la Columbia Británica, en Canadá, consistió en dos experimentos, en los que participaron estudiantes universitarios, que estaban involucrados respectivamente en relaciones de amistad y de pareja.

Los símbolos en aquellas y estas tradiciones

Hay un sinnúmero de hábitos que hemos incorporado sin conocer acabadamente, pero que permiten expresar el sentido de la Navidad, y que son o han sido tan adictivos como el uso de emoticones. La típica escenificación del belén con las figuras principales, es decir, la virgen María, San José y el Niño Jesús, con el buey y el asno llegó por primera vez a España en el siglo XVIII. Cuentan que fue la esposa del rey Carlos III, María Amalia de Sajonia quien, cuando su esposo subió al trono de España y hubieron de trasladarse desde su adorada Nápoles, hizo traer esa tradición tan extendida en Italia a España, donde a partir de entonces también se convirtió en una tradición el colocar en casa un pequeño belén de porcelana.

Los villancicos

Los villancicos, típicas canciones populares de Navidad, proceden en realidad de unas composiciones españolas de texto vulgar y estilo rústico que durante los siglos XV y XVI se convirtieron en canciones cortesanas de tema amoroso, y luego, durante el siglo XVII se transformaron en lujosas cantatas barrocas de carácter religioso

El árbol

Parece ser que la costumbre del árbol de Navidad, abeto o pino que se instala en las casas y que se decora para celebrar las fiestas navideñas, se originó en la zona de Alemania durante la primera mitad del siglo VIII. Cuenta la tradición que fue el monje anglosajón San Bonifacio (Kirton, 680-Dokkun, 754), que se encontraba cumpliendo la misión que el Papa Gregorio II le había encomendado, la evangelización de los germanos quien un día de Navidad, tratando de talar un roble, árbol sagrado según las creencias druídicas para los que simbolizaba la fecundidad y la inmortalidad, vio, como éste al caer arrasó todo menos un pequeño abeto. San Bonifacio interpretó el hecho como un mensaje divino, y decidió cristianizar al abeto “bautizándolo” como Árbol de Niño Jesús.
Cuenta la historia que, al parecer, fue el famoso teólogo y reformador alemán, Martín Lutero quien, en el siglo XVI instauró la costumbre de adornar los árboles de navidad con velas encendidas. Parece ser que fue tras la Guerra de los Treinta Años, entre 1618 y 1648 que la tradición, un poco olvidada del árbol de Navidad, fue reintroducida en Europa. Pero, no fue hasta la primera mitad del siglo XIX que el tradicional árbol se extendió a países como Austria, Gran Bretaña o Francia. Los adornos y bolas que actualmente se cuelgan de los árboles de Navidad, tienen su origen en aquellas bolas que fueron creadas en el siglo XVIII por los sopladores de vidrio de la ciudad de Bohemia, moda decorativa que determinó un predominio de Praga frente a Venecia.

El hombrecito de rojo

Papá Noel se suma finalmente a estos simbolismos como el personaje legendario que reparte juguetes a los niños durante la noche de Navidad. Actualmente se le representa con una gran barba blanca y vestido de rojo. Es para los niños, uno de los personajes más queridos de la Navidad. Pero Papá Noél, o Santa Claus, es una figura muy reciente, parece ser que consecuencia de la devoción de los holandeses errantes. La figura de Santa Claus se construyó sobre la de san Nicolás de Bari, Obispo de Mira en el siglo IV, cuyo mito de hacedor de milagros se expandió por Europa durante la Edad Media. Desde mediados del siglo XIII el día de San Nicolás, el 6 de diciembre, se dedicó a hacer regalos a los niños tradición que llegó posteriormente a América y fue captada por un mercado diverso, donde una prestigiosa marca de gaseosa capitalizó a don Noel. Todo indica que el señor de rojo debería sintetizar el espíritu de estos días, protegiendo las nuevas generaciones, de `las mieles de la coca y la masificación de las colas´, y festejando el futuro. Rarezas de los tiempos.

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