ARCIONI CONVOCA HOY A UN “ACUERDO CIUDADANO” CON LOS LINEAMIENTOS DE GOBIERNO PARA LOS DOS AÑOS QUE FALTAN. LOS LÍMITES DE LO PÚBLICO, LOS DÉFICIT DE LO PRIVADO Y LA REBELIÓN EN PUERTA DE LAS INTENDENCIAS

Estamos de acuerdo?

Por Juana de Arco*

Un pacto es, un tipo de acuerdo, pero estricto, condicional y de obligatorio cumplimiento. Mientras que un acuerdo es una decisión tomada en común, y que se mantendrá mientras las condiciones beneficien a todos. Es, por lo tanto, la manifestación de una convergencia de voluntades, el logro de un consenso con la finalidad de producir efectos prácticos y porque no, hasta jurídicos (Pacta sunt servanda)
La convocatoria que hoy realiza el gobernador de Chubut, Mariano Arcioni es para hacer un acuerdo. Y más allá de nominar a la ciudadanía como protagonista excluyente, apunta a garantizar fundamentalmente con las fuerzas políticas y económicas, la gobernabilidad de un partido oficialista remixado tras el fallecimiento de Mario Das Neves, además de lograr legitimación suficiente para autoproclamar las nuevas banderas de su mandato, que si bien todo indica mantendrán el mismo color y textura, también que lucirán nuevos blasones vinculados a los proyectos que se avecinan, entre los que se vislumbra mayores visos amarillos fulgurando sobre los verdes.
Arcioni elige no por casualidad un día después de cumplirse los dos años de gobierno de ChuSoTo para lanzar su “Acuerdo Ciudadano”, en un claro gesto de reconocimiento de lo andado por el ex mandatario extinto, y sobre todo poniendo el punto final al `por tempore´ que desempeñó desde el 31 de octubre al 10 de diciembre con un gesto público que implicará estrenar su propia investidura.
Arcioni lo hace en un momento justo. Tiene que dar señales de autoridad efectiva ante Nación, en momento donde se están tomando decisiones muy por encima de los límites ejecutivos, como lo reseñan el pacto fiscal y otros compromisos a cuenta y nombre del universo de federalidades que nos organizan. La demora evidenciada en el Poder Legislativo para poder refrendar la toma de deuda que le permitirá cubrir gastos corrientes sin tener que esperar a Papa Noel, fue una alarma que resonó al norte, y que evidenció que por h o i, no estaban todos los `muñecos en fila´. No fue un desencuentro menor que ahogó el resonante clamor por los sueldos públicos. Para los miradores finos del poder, fue una pulseada que le anunció a Arcioni que el poder construido por Das Neves era de Das Neves, y que es momento que construya su propio entramado que implicará una lista personalísima de amigos, contrincantes, compromisos y perspectivas de grupo ampliada.

El escribano, “da fe”

Arcioni, como testigo legal que certifica, es al fin y al cabo un buen foucaltiano visto en perspectiva acuerdista. Para entenderlo, si para Marx el poder estaba concentrado en el Estado, que garantiza la dominación del capital sobre el trabajo a través de la existencia de la propiedad privada de los medios de producción, para Foucault el poder no estaba concentrado en el Estado, sino que lo excedía por mucho, circulando como micropoderes o microfísicas, relacional y transversalmente por todo el cuerpo social. “(…) donde existe el ejercicio de poder, existe, a su vez, oposición y antagonismo a ese poder”. El comodorense vio venir como olas constantes esta dicotomía, en el breve lapso en que pasó de ser el diputado nacional electo a ser el gobernador asumido.
La palabra acordar dice mucho de la búsqueda de una costa amplia al oleaje. Viene del latín accordare, y está compuesta por la palabra `cord´ (corazón), reeditada en términos que no estarán ausentes como acreditar y recordar.
Todo indica que los dos años que completará Arcioni buscarán eso, dar fe, unir corazones, acreditar el rumbo, recordar máximas, y avanzar en “la modernización y refuncionalización del Estado Provincial, buscando mejorar las condiciones vinculadas a la seguridad, educación, productividad, empleo, salud, infraestructura y servicios, entre otras cuestiones”, tal como lo anticiparon ayer voceros de Fontana 50. Y más allá de que eligió un día en que para las 18, en el salón de los Contituyentes arderán orejas y otras turgencias, por los casi 40 grados de térmica, todo indica que la convocatoria tendrá éxito.
La tarea no es nada fácil, de hecho, en diez años de gobierno de Das Neves, nunca se planteó en la práctica la extrema medida de tener que reducir el Estado, aunque la necesidad existiera. Ahora le tocará a Arcioni esa pesada tarea que todo indica esmerilará en alguna medida la popularidad gobernante, aunque los encargados de blandir el bisturí sean sus flamantes ministro coordinadores.
La inviabilidad de un Estado gravemente sobredimensionado, obligaría a tales cirugías inmediatas y con poca anestesia.

Viejos problemas, nuevos desafío

Que el Estado hace rato transita la encrucijada de tener que pasar de ser mero administrador de lo público, a transparentar efectivamente políticas que impulsen el desarrollo, no es novedad. El problema es que el cambio de modelo no es tan sencillo, ni siquiera para un comodorense. Es que en una provincia donde más del 10 % de su población presta servicios públicos, si no hay una clara alternativa de absorción en el sector privado de esa mano de obra, por más de acuerdo que estemos, todo indica que los nuevos próximos desocupados resonarán a las puertas de la peatonal de una cuadra, cual trompetas del juicio final.
De allí se supone la avanzada de Arcioni con las principales empresas de la zona, para forjar el primer pacto para contribuir a sembrar alternativas productivas que logren atenuar, primero el clamor que se avecina con proyectos posibles en danza; y luego a entusiasmar a los públicos con las bondades que podría esconder el mercado. El desafío es lograr que las ideas de un Estado productivamente proactivo bullan al mismo ritmo, o por lo menos cercano, a las necesidades de trabajo de una población calificadamente dispar, disgregada en cinco principales polos urbanos y acostumbrada a ser parte de la aplastante maquinaria burocrática que funge solamente de 8 a 13.

La tendencia de las In-tendencias

Pero si la necesidad de reconversión apurada a la que debe someter al estado chubutense Arcioni, es el primer gran `trabajo de Hércules´ que le habría tocado para garantizar la paz con Nación y por ende recibir el reguero de ingresos suficientes para cumplir con los pagos de deudas y gastos corrientes hacia 2018, la lucha libre que deberá mantener con la monstruosa Hidra de las In-tendencias que genera dos cabezas, por cada una que pica, no será una prueba menor. Y todo eso debido al acuciante escenario económico financiero que atraviesan las estructuras municipales, donde a la vez coincide la vida real, con la crisis productiva y la contracción del consumo y los servicios, traducida en caras de vecinos de carne y hueso que se paran en sus puertas, bien lejos del territorio superestructural y conceptual del estado-provincia, que mide la política en guarismo.
Mañana mismo, tras el “Acuerdo Ciudadano”, los Jefes Comunales de Madryn: Ricardo Sastre; de Trelew: Adrián Maderna; de Gaiman: Mariano García AranIbar; de Dolavon: Dante Bowen, de Paso de Indios: Mario Pichiñán y de Comodoro Rivadavia: Carlos Linares, mantendrán un encuentro con autoridades nacionales (casi puenteando a la Provincia) en el que plantearán la difícil situación que atraviesa el sector industrial con la premisa “Ni un desempleado más”.
Precisamente el Intendente de Puerto Madryn, que no disimula sus ganas de liderar los destinos provinciales a 2019, viene remarcando sobre la importancia de avanzar de manera conjunta en temas comunes desde los lugares donde se construye la política: los pueblos. En todos los casos, las ciudades exponen una marcada inactividad privada, sumada a la evidente situación deficitaria del estado provincial y nacional con el parate de la obra pública que arrastra más de 24 meses consecutivos. A la par está siempre el tironeo partidario. Están los chusoteanos originarios, están los reconvertidos (dasnevistas que se volvieron los primeros arcionistas tras la sacra lectura de la letra chica del mandato heredado); están los que están afuera y quieren entrar, y los que están adentro y se quieren ir. No faltan quienes ven en Arcioni a un buen piloto de transición hacia una gobernación de Gustavo Menna, y mejor candidato a la intendencia de Comodoro, en un plan posiblemente ya apalabrado en Balcarce 50. Con todo estos supuestos orbitando el universo del poder, la semana pasada se dio la primera rebelión tenue con una reunión de alcaldes que bien puede ser el detonante de una `revolución griega´, al decir de un experto traductor de coyunturas, o tan sólo el amague de integración y reacomodamiento de banderías políticas en el esquema gobernante, con vistas al futuro. La convocatoria al consenso en Rawson que ensayará hoy Arcioni y la reunión que los intendentes tendrán mañana en la Rosada, son por lo menos un sacudón de plumas al adormilado ave fénix del poder provinciano.

*Soy Juana de Arco, amiga de Juan de la Sota, fiel del Furia, seguidora de la Sombraonline y ceniza de tantos…

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