Era el último día realmente exigente, la etapa reina del Dakar. Y allí se enterraron las ilusiones de Carlos Sainz de hacerse con su segundo trofeo con el rostro del tuareg. La décima etapa entre Belén y La Rioja, con las dunas de Fiambalá como testigo, volvieron a cerrar el noveno episodio del madrileño en el Dakar con un abandono, como ya ocurriera en otras cuatro ocasiones anteriores.

Sainz llegó al parque de asistencia de Peugeot minutos antes de las 23:00 horas de la noche, 3:00 de la madrugada en España. El madrileño explicaba así la avería que acabó con sus aspiraciones de victoria: «Se ha roto la carcasa del cambio que, como en este coche es parte del chasis, es un problema grave», descartando asimismo que se rompiese en el pedregoso lecho del río donde se detuvo su Peugeot: «Entré despacio, sin dar ningún golpe, simplemente se rompió en esa zona».

«Estoy decepcionado como es normal, pero a la vez contento porque hemos hecho un buen rally hasta hoy. Iniciarlo con el mazazo de estar parado catorce minutos y medio fue un palo duro. A partir de ahí fuimos recuperando y el azar quiso que hoy nos tocase abrir pista y que las cosas se complicasen… y de qué manera», resumía Sainz a modo de balance.

Ya antes de la avería la jornada había sido complicada para la pareja Sainz-Cruz: «Ha sido la etapa más complicada del Dakar, con mucha vegetación, un road book así, así… Hemos tenido dos pinchazos y problemas con la pistola que nos ha retrasado en el cambio de ruedas. En la salida de la segunda parte del tramo no pudimos arrancar, el terreno era tan blando que nada más avanzar unos metros nos hundimos… Era una etapa preparada para complicar las cosas».

El madrileño quiso hacer un balance positivo del Dakar 2016 y aseguró que se tomará un tiempo antes de decidir si vuelve o no a la carrera sudamericana: «Para mí a estas alturas es muy importante divertirme, disfrutar y sobre todo sentirme competitivo. Lo que no quiero es venir al Dakar a pasear. Este año he estado bien físicamente, he ido bastante rápido. Cuando acabe la carrera me daré un plazo de reflexión y análisis antes de decidir qué hacer», concluyó.

«El coche ha ido bien, he disfrutado y creo que hemos ido a buen ritmo. He trabajado duro en hacer un coche competitivo, que era parte del reto cuando decidí empezar este proyecto con Peugeot y el pase adelante del año pasado creo que es obvio», sentenció.

«Lo del año pasado no tiene nada que ver con éste. Esta es una carrera que es por eliminación: primero fue Nani Roma, luego Cyril Despres, luego Sebastien Loeb, ayer Nasser Al Attiyah y yo… y ahora queda Stephane Peterhansel», finalizó con la ilusión de que ‘Monsieur Dakar’ pueda brindarle el título en coches a la marca francesa.