Una alianza grosa

ALIANZA GROSAPor Hernán Dearriba* – Elisa Carrió terminó por reconocer ayer su absoluta imposibilidad de aspirar seriamente a un cargo electivo y decidió poner su nombre al servicio de Mauricio Macri. El acuerdo que ambos difundieron en la víspera cierra el círculo de la trayectoria de la chaqueña que asomó a la política en el seno del radicalismo alfonsinista para recalar finalmente en el partido que llegó para representar los intereses de la derecha argentina.
Carrió le da a Macri la posibilidad de mostrarse en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) sin riesgos de perder la candidatura presidencial, algo que hasta ahora no podía hacer por la absoluta carencia de contendientes en un espacio unipersonal como el PRO.
La incorporación formal de la diputada a las filas del PRO le aporta también a la fuerza amarilla su tradición de sistemática denuncia a favor de la «institucionalidad». En medio del sacudón que provocó en la política la muerte del fiscal Alberto Nisman, Macri consigue así masa crítica discursiva para la militancia de los sets de televisión.
Pero además le aporta votos adicionales en la primera vuelta de octubre porque Macri y Carrió pescaban en las mismas aguas electorales. Ahora esa disputa se resolverá en las PASO y el ganador llegará a las presidenciales acumulando el caudal de ambos.
Carrió no ocultó su voluntad de transformarse en procuradora general de la Nación, cargo que ocupa hoy Alejandra Gils Carbó. Si Macri ganara y accediera a su pedido, Lilita no sólo manejaría el accionar de los fiscales de la República, sino que además tendría a su cargo las escuchas telefónicas que hoy dependen de la Secretaría de Inteligencia tal como propone el proyecto de reforma que entró el viernes al Parlamento. La oposición rechaza el proyecto precisamente con el argumento de que Gils Carbó ordenará las escuchas, la especulación anterior no hace más que dejar al descubierto la liviandad de aquella posición.
Volviendo al acuerdo, a cambio, el alcalde porteño tendrá que lidiar con los humores extremadamente volátiles de la blonda, que hace no mucho tiempo ubicaba a Macri como su límite moral a la hora de construir una fuerza política opositora para desbancar al kirchnerismo.

Impredecible

Hace rato que ese límite ya no es tal, pero eso es sólo por ahora, nada le garantiza al líder del PRO que en medio de la campaña presidencial Carrió no haga detonar la alianza que firmó este fin de semana y lo denuncie como uno de los artífices de la corrupción en la Argentina y otras muchas cosas más.
Ese temor recorre las filas del PRO desde el mismo momento en que Carrió anunció su salida del Frente Amplio UNEN. Si aquella movida había herido de muerte a la fuerza que integran además radicales y socialistas, la rúbrica del acuerdo le pone ahora un tremendo signo de interrogación a un frente que no termina de posicionar a un candidato en condiciones expectantes.
El senador Ernesto Sanz, uno de los precandidatos del FAUNEN que no termina de mover el amperímetro, saludó públicamente y con entusiasmo la conformación de la nueva alianza que tiene como elemento fundante su antikirchnerismo. El problema es que Sanz, además de ser el principal impulsor de un acuerdo con Macri, es el presidente de la Unión Cívica Radical, uno de los dos partidos mayoritarios que integran el FAUNEN.

Rarezas

Los radicales deberán consultar otra vez a algún oráculo para entender el asunto. Sanz es precandidato de una fuerza política, aunque sostiene que lo que la Argentina necesita es un acuerdo como el que acaban de sellar el PRO y Carrió.
Habrá que esperar para ver cómo decanta el asunto y terminar de discernir si el desembarco de Carrió es una punta de lanza que termine por partir al FAUNEN sumando a la derecha del radicalismo personificada en el sector que lidera Sanz con el apoyo incondicional del jujeño Gerardo Morales. La fecha límite para esa decisión será el 10 junio, cuando los partidos deban presentar la conformación de alianzas. Diez días después cierra la presentación de las listas para las PASO.
El anuncio deja también algunos interrogantes. No está claro si la disputa se dará sólo en la candidatura presidencial o si Carrió presentará además listas para legisladores. Tampoco si los candidatos del FAUNEN que respondían a Lilita pero quedaron todavía en esa fuerza disputarán la interna para jefe de Gobierno en la que se sacan chispas el jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta y la senadora Gabriela Michetti.
Un párrafo aparte para la oportunidad del anuncio. El viernes, cuando la presidenta Cristina Fernández cumplió con el mandato legal y anunció un incremento del 18,26% para las jubilaciones, algunos sectores de la oposición no dudaron un ápice en denunciar que se trataba de un intento por tapar la investigación por la muerte de Alberto Nisman. Lo mismo se planteó con la nominación de Roberto Carlés como candidato para la Corte Suprema de justicia.
¿Carrió y Macri se sumaron entonces a esa operación y son cómplices en ese intento por tapar todo? Antes bien la respuesta parece orientada a la necesidad de retomar el ritmo de la campaña política que se interrumpió de manera abrupta por la muerte del fiscal, mientras el reloj sigue corriendo de cara a las PASO de agosto. En el caso de la Ciudad los tiempos son mucho más cortos ya que las primarias serán en abril.

Cambios

¿Cuáles son las consecuencias para el resto de las dos fuerzas con aspiraciones? El más complicado por el acuerdo sería Sergio Massa. El Frente Renovador quedaría así como la única fuerza política que no presente alternativas para la candidatura presidencial: será sólo Massa hablando a través de sus spots publicitarios con pampeanos, misioneros o tucumanos para decirles «vo que etaj ahí». Los avisos fueron el último de una serie de traspiés del ex intendente de Tigre.
El anterior, hace unos días nomás, fue el desprolijo intento por utilizar políticamente la muerte de Nisman con un extemporáneo pedido para ser querellante en la causa por la investigación de la voladura de la AMIA. El nobel abogado recién recibido en la Universidad de Belgrano puede desconocer –debido a que todavía no practicó la profesión– la imposibilidad de ser aceptado como querellante cuando no es un «particular damnificado», pero debería tener asesores con ese grado de conocimiento si tiene aspiraciones serias de llegar a la Rosada.
Por lo pronto, el acuerdo Macri-Carrió le genera algunas dificultades adicionales al amesetamiento que venía mostrando en las encuestas. Está claro que, aliada con Macri, Carrió centrará sus críticas tanto en Massa como en los candidatos del oficialismo. El ex intendente de Tigre venía cerrando acuerdos con varios referentes radicales del interior, como una estrategia para suplir la carencia de peronismo en sus filas. El mentado trasvasamiento del Frente para la Victoria a las huestes renovadoras no se cumplió hasta ahora. Como se ha dicho más arriba, no está claro todavía cuál será el impacto del acuerdo en el radicalismo.
Habrá que ver también cuáles son las reacciones al interior del Frente para la Victoria. En principio, la nueva alianza parece hecha para polarizar precisamente con el oficialismo.
Daniel Scioli y Florencio Randazzo se mantienen como los candidatos con mejores posibilidades. Ambos recibieron esta semana guiños de la presidenta Cristina Fernández. Eso no quiere decir que la primera mandataria vaya a definirse por uno de los dos antes de las PASO.
En el medio están los gobernadores peronistas que trabajan para evitar filtraciones y buscan apalancar una fórmula que garantice la continuidad del PJ en el poder.
Por ahora, la alianza entre Macri y Carrió cierra un círculo y empieza a despejar el panorama electoral. Habrá que ver…

*Infonews

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