MALDITA TECNOLOGÍA

Regalos especiales para estas fiestas

Estas fiestas ofrecieron también la posibilidad de hacer regalos de lo más tecno. Porque existe todo un mundo geek más allá de remeras con la cara de Einstein o tazas con la tabla periódica de elementos.
Empecemos por algo artístico, que de medias estamos artos. ¿Qué puede ser más exclusivo que una obra de arte?, una obra de arte hecha a partir del ADN de uno mismo. Esto es lo que ofrecen varias empresas en todo el mundo. La propuesta es amplificar pequeños fragmentos de ADN y luego, a través de electroforesis, separarlos en un gel. Creando el cuadro con la fotografía digital de ese gel.
Para asegurar esta exclusividad, las regiones que se amplifican son las más polimórficas, es decir, aquellas que varían más entre unas personas y otras, para que todos los patrones de bandas resulten diferentes.
Antes de todo esto, el cliente recibe en su casa un kit de toma de muestras que incluye un bastoncillo con el que frotar la cara interna de la mejilla. A continuación, deberá reenviarlo al laboratorio, donde comenzarán a trabajar con el material genético.Además de cuadros también pueden comprarse alfombras cosidas a mano con la representación del ADN, aunque ese no es ningún límite, ya que con esa imagen se puede decorar absolutamente cualquier cosa.
Para los que rastrean a través de viejos documentos con el fin de completar el rompecabezas de su pasado familiar, algunas empresas ofrecen la posibilidad de averiguar sus orígenes genealógicos mediante el análisis genético.
Bennett Greenspan, el fundador de Family Tree DNA, y uno de los pioneros en este campo, relató que decidió crear la empresa cuando intentaba comprobar que unas personas en Argentina con el apellido de su bisabuelo eran familiares, ya que no lo consiguió a través del «rastro de papel».
Greenspan explicó que ofrecen tres tipos de pruebas: análisis del cromosoma Y, para rastrear la vía paterna, del ADN mitocondrial, para la materna, y análisis autosómico. Con estas pruebas, el cliente puede responder distintas cuestiones sobre sus ancestros. El propio Greenspan afirmó que ahora sabe que sus antepasados «vivían en España y probablemente se fueron por culpa de la Inquisición».
Y si el regalo va por el lado de las mascotas, la empresa estadounidense Yonder Biology, que hasta ahora se dedicaba también a la creación de cuadros a partir de ADN, vende un dinosaurio bioluminiscente.
El Dino Pet, financiado gracias al micromecenazgo, es una figura transparente con forma de dinosaurio que contiene Pyrocystis fusiformis, una especie de microorganismos dinoflagelados capaces de emitir luz.
Debe ser expuesta a la luz para que así durante la noche las pequeñas algas marinas emitan luz en respuesta a la agitación mecánica. El dinosaurio puede tener una vida indefinidamente larga, siempre y cuando se renueve cada cierto tiempo el medio de crecimiento de los dinoflagelados.
Los creadores aseguran que su objetivo era crear «un juguete interactivo que enseñe a los niños que la magia se encuentra en la comprensión del mundo que les rodea», y esperan que el Dino Pet «inspire a las mentes jóvenes para interesarse en la biología».La financiación colectiva también ha permitido el nacimiento de los Little Robot Friends, de la compañía canadiense Aesthetec Studio. Son pequeños robots muy sencillos que responden a la luz, al tacto y a la voz, y que cuentan con dos pequeños led a modo de ojos y un simple altavoz para «expresar su estado de ánimo», según la web del producto. Los creadores aseguran que «cada robot tiene seis rasgos de personalidad cuyos valores pueden cambiar, alterando la personalidad inicial del robot».
Por ejemplo, si está inicialmente programado como tímido, responderá con miedo a la oscuridad, pero si se le tranquiliza acariciando su ‘pelo’ (un sensor colocado en la cabeza), ganará confianza e irá poco a poco volviéndose valiente.
Y la química no podía estar ausente si de regalos científicos hablamos. Muchos de los trucos utilizados por los ilusionistas se basan en las propiedades sorprendentes de ciertos materiales. El nitinol, por ejemplo, es una aleación de níquel y titanio que tiene una curiosa propiedad conocida como memoria de forma. Cuando este material sufre una deformación, puede recuperar su forma inicial después de un calentamiento suave. Esto, además de las múltiples aplicaciones prácticas que puede tener (en medicina, odontología, válvulas termostáticas), permite hacer experimentos espectaculares.
Otro material con propiedades fascinantes es el galio, un metal que no existe libre en la naturaleza, sino que se crea artificialmente y que tiene un punto de fusión bajo, de unos 30 ºC. Por eso es fácil hacerlo pasar de estado sólido a líquido manteniéndolo en la mano. Además, se trata de un metal con muy baja toxicidad, a diferencia del mercurio, razón por la que se usa en los termómetros.
Un tercer material ‘mágico’ es lo que se conoce como masilla magnética. Aunque se puede comprar, Michael Saurus, inventor de multitud de objetos curiosos, explica cómo fabricar una versión casera a partir de plastilina y polvo de óxido de hierro.
El experimento con esta masilla consiste en exponerla a un pequeño imán, de forma que se verá atraída hacia él y creará la ilusión de que la sustancia engulle la pequeña pieza magnética.

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