Lealtades escasas y poco peronismo

IIIromanaEl día 17 de octubre se consagró en nuestro país al Día de la Lealtad en conmemoración a esa fecha pero de 1945, cuando una gran movilización obrera y sindical exigió en Buenos Aires la liberación del entonces coronel Juan Domingo Perón detenido en la isla Martín García. Desde la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, creada a su pedido, Perón había promovido los derechos de los trabajadores. Una gran cantidad de manifestantes -en su mayor parte provenientes del sur del Gran Buenos Aires- ocupó la Plaza de Mayo, logrando la libertad del prisionero. Al año siguiente, Perón sería elegido presidente de la Nación. Ese día de movimiento espontáneo y efectivo fue considerado como el del nacimiento del peronismo y uno de sus máximos símbolos, así como uno de los momentos más importantes de la historia del movimiento obrero argentino.

Muchos peronismos

Hoy se reproducirá en gran parte del país, algo de aquella epopeya, aunque con un arco de disgregación importante de líderes y militancia que se intenta referenciar con el histórico movimiento. Por un lado, organizaciones sociales y políticas oficialistas se movilizarán a la Casa Rosada para mostrar su apoyo al modelo Nac&Pop y dar su incondicional apoyo a la Presidente, Cristina Fernández de Kirchner, que se encuentra con licencia por reposo tras su operación.
El Movimiento Evita convocó a dirigirse a la Plaza emblema a las 18.00 para «expresar el apoyo a la Presidenta de la Nación en la profundización del Proyecto Nacional y Popular que puso en marcha Néstor Kirchner el 25 de mayo de 2003». Allí esperan la presencia de referentes y funcionarios del Gobierno, además de militantes kirchneristas de otras agrupaciones políticas, y porque no, algunos arrepentidos. Tal como decía Perón, “No critiquemos a los enemigos, que a lo mejor aprenden”.
No obstante, otros sectores del peronismo no alineados con el oficialismo también tendrán sus respectivas convocatorias para celebrar el nuevo aniversario de la histórica movilización. Cultivando la máxima de Mark Twain, “La lealtad al país siempre. La lealtad al gobierno cuando se lo merece”.
Entre estos, se encuentra la CGT opositora que conduce el camionero Hugo Moyano, que también realizará durante la jornada un festejo en la sede de la calle Azopardo al 800 a partir de las 15.00.
Por su parte, otro sector distanciado del kirchnerismo, el partido Unidad Popular que lidera el diputado Víctor De Gennaro convocó para las 20.00 a un acto en el Club Universal de la ciudad de La Plata en «homenaje a la lucha y
militancia de los trabajadores de la región».

Poco bombo

En Chubut hubo poco anuncio de actos para hoy. Es que cualquier intento de reunir a “los leales” podría ser un abrumador fracaso. Hoy más que nunca el peronismo provincial tiene un grado de atomización impensado, de traiciones no sanadas, y el partido casi se ha convertido en ´sello de goma´, luego que el dasnevismo prácticamente lo cerrara. La resucitación de las formalidades que realizó parte de la dirigencia del Frente para la Victoria, no alcanzó sin embargo para reagrupar a la tropa bajo consignas ideológicas, ni muchos menos pragmáticas.
Los viejos cultivadores de las consignas del General aseguran en este marco, que el pobre uso del folclore con los dedos en “V” y el eufórico entone de la primera estrofa de la marchita, no alcanza para reeditar el espírtu de un movimiento político que se ha ido desnaturalizando tanto como reconvirtiéndose con raras traducciones y vedettismos. Estos, más inflexibles son de los que afirman como Charles Dickens que “los caminos de la lealtad son siempre rectos”.
Mal que pese, poco y nada quedaría entonces del espíritu de aquel histórico Justicialismo por estas latitudes. Basta con analizar que ni siquiera figura explícitamente en estas elecciones, más que con una figura de Perón en la cabeza de la Lista 501 del FpV.
Como decía John William Cooke “hay dos clases de lealtad, la de los que son leales de corazón al Movimiento y los que son leales cuando no les conviene ser desleales. Con ambos hay que contar: usando a los primeros sin reservas y utilizando a los segundos, a condición de colocarlos en una situación en la que no les convenga defeccionar. Al final, no hay hombres buenos ni malos, más bien todo depende de las circunstancias, aunque para conducir es siempre mejor pensar que muchos son malos y mentirosos”.
Al final de cuentas, hasta el refranero entró en crisis en la Provincia, por eso de “no hay nada mejor para un peronista, que otro peronista”.

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