El 30 de octubre celebramos 30 AÑOS DE DEMOCRACIA. Mucho se ha dicho y se dirá ante un acontecimiento que cambio para siempre, definitivamente, la vida de los Argentinos. Es muy probable que no exprese nada nuevo, original. Pero siento la necesidad de decirlo a mi manera y con mis sentimientos. El 27 de octubre hubo elecciones, todos nos debemos felicitar por un acontecimiento que, ahora que se reitera sin interrupciones, nos parece una situación habitual. Quienes vivimos y padecimos las tenebrosas etapas de las dictaduras, sabemos que existen fundados motivos para celebrarlo. Creo también un deber felicitar a quienes ganaron. Si con el paso del tiempo logramos superar los enconos que existieron y aún persisten entre quienes pensamos políticamente distinto y confluimos en comunes denominadores, como decía Raúl, nuestro País se encaminara hacia un destino de grandeza que por condiciones e historia se merece. Agradezco a Raúl Alfonsín, no porque soy Radical, sino porque entiendo como la mayoría del Pueblo Argentino que fue el hombre indicado para la transición, difícil por cierto, que significó reemplazar la Dictadura por la Democracia. Sin actos rimbombantes, con actitudes que pusieron en riesgo su propia integridad física, con aciertos y errores, que algunos desorientados llegaron a calificar de claudicaciones, RAUL ALFONSIN, así con mayúscula, hizo posible que transitemos por una de las etapas más extensas de vida Democrática. Privilegiando la plena vigencia de las libertades y los derechos individuales y HUMANOS, condujo el barco a buen puerto. Cuando murió, la gente sin distinción de color político, se volcó a la calle para darle el adiós final. Alguna vez dije al morir Alfonsín, más que llorar por su pérdida debemos agradecer que haya existido. La historia Argentina le tiene asignado un sitial de privilegio.

José Luis Lizurume
DNI 7.331.192